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«Todavía no sabemos quién está detrás de los atentados de Atocha Casablanca o Marrakech»
"El cambio para mi partido comenzó en 2005, cuando tuvimos oportunidad de preparar una política para España como socio estratégico, visitando Sevilla, Córdoba y Madrid", recuerda Mohamed Bel-Lahsen cuando le planteo que, en contra de lo que podría parecer, el Partido de la Justicia y el Desarrollo y el Partido Popular tienen bastantes puntos de vista en común. "Con el nuevo Gobierno en Marruecos, aunque no es exclusivamente del PJD, creo que las relaciones bilaterales serán mejor que antes. Nuestra política, del partido no del Gobierno, siempre ha sido fortalecer las relaciones con España, en la que vemos un aliado". Osea, que sí: "Tenemos muchas cosas en común, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa", añade. Estamos en la playa de Martil, con el Cabo Negro de fondo. Justo detrás está Ceuta, una de esas "cosas"que separan cíclicamente a marroquíes y españoles. Aunque esta vez parece que hay más voluntad de entendimiento a ambos lados del Estrecho.
-¿Ayudará a este entendimiento que el PJD sea una especie de "democracia cristiana"marroquí?
-El concepto religioso de "cristiano"o "musulmán"es muy amplio. Nosotros somos un partido cívico, no religioso. Mi partido, según el modelo de estado civil de valores islámicos que proponemos, se acomoda a cualquier partido democrático europeo. ¿Qué queremos decir con democracia? Hablamos del bienestar del pueblo, de la separación de poderes. Sí, somos los democristianos del sur.
A eso me refería...
-Defendemos los mismos valores que la democracia cristiana aunque tengamos, como es lógico, diferencias culturales. Defendemos los derechos humanos, el derecho de cada persona a hacer lo que quiera dentro de las leyes del estado.
-¿Se siente cómodo el PJD con la nueva Constitución marroquí?
-Nunca vamos a llegar a la perfección. Ni siquiera la Constitución norteamericana, o la española pueden decir que son perfectamente democráticas. Cuando se presentó la Constitución marroquí al referéndum dijimos que no era la meta, sólo el comienzo de la reconstrucción del Estado. La Constitución es un punto de partida. Todavía hay cosas que hacer hasta que el pueblo ejerza sus derechos en toda su extensión.
-¿Le da la razón al Movimiento 20-F? Ellos dicen que no hay cambios.
-No podemos decir que no hay cambios. Los hay. Ahora, el primer ministro es elegido por la mayoría y tiene derecho a nombra a los ministros. Cierto que hay áreas que no están bajo su mando, es lo que llaman la excepción marroquí aunque para mí no es tal. Llevamos una transición tranquila, eso sí está durando mucho. No queremos un conflicto entre monarquía y partidos, ni llegar al punto al que han llegado otros países árabes. Pero está claro que la Constitución no es un texto sagrado y tendrá que ser revisado de nuevo. Y el Movimiento del 20-F debe seguir en la calle, no pienso que deba convertirse en un partido político.
-¿Cuál es su principal objetivo como Gobierno?
-La corrupción es ahora uno de los problemas más importantes, perdemos con ella más de 1.000 millones de euros anuales, una cantidad muy grande y peligrosa. Pero también tenemos que abordar los problemas del desempleo, de los encarcelados por delitos de opinión. Los problemas ahora son más sociales y económicos que políticos. Tenemos analfabetismo, pobreza, un sector médico y una educación que deben ser reformados...
-En España no gustó la reciente amnistía a los acusados de atentar en Casablanca en 2003...
-Tras el franquismo también hubo gente que fue amnistiada. Y el caso es que contra estos indultados ahora no había cargos ni pruebas. Hubo gente que fue juzgada y encarcelada antes de los atentados de Casablanca, como el doctor Hassan el Ketani. En realidad, lo que ha pasado es que un sector dentro del Majzén y del gobierno de la época quería ilegalizar a nuestro partido, al PJD y no a estos salafistas, pero no tenían pruebas. No creo que la mayoría de esta gente tuviera nada que ver.
-Sin embargo esta medida da a entender que ustedes protegen a presuntos terroristas.
-No debería hacer falta repetir estas cosas, el PJD siempre ha estado en contra del terrorismo. Fuimos los primeros en hacer una manifestación contra los atentados de mayo en Casablanca y los primeros en hacer un comunicado contra los atentados en Atocha, en Madrid. Lo que pasa es que en Marruecos hay sectores que ven al PJD como una amenaza para sus intereses. Por eso, ahora se trata de corregir los errores que ha cometido el estado contra esta gente. Pero los que han hecho algo contra cualquier persona, ya sean españoles o musulmanes, los que han atentado realmente contra el derecho a la vida, no pueden ser liberados.
-¿Llegaremos algún día a saber qué pasó?
-¿Llegaremos a saber quién cometió los atentados de Atocha, Casablanca y Marrakech…? A lo mejor. Todavía no sabemos quién está detrás. En Marruecos todavía no se sabe quién cometió estos atentados, nadie reivindicó estos actos criminales. Al Qaida, salafistas, yihadistas... En España tampoco se sabe qué pasó. Sabemos que Zougham llevaba una bolsa, pero ¿quién estaba realmente detrás de todo esto? Hay que seguir investigando.
-¿Mejorará la cooperación antiterrorista con el PJD y el PP en sus respectivos gobiernos?
-Se lo aseguro. Uno de las amenazas de los que habló nuestro ministro de Exteriores, Saad Edin El Othmani, es del terrorismo. Un país solo no puede solucionar esta lacra, es necesaria una coalición para derrotarlo. Lo que estamos viendo ahora es muy peligroso: AQMI se está implantando en el Sahel, atenta en Argelia, está a las puertas de Europa.
-¿Detecta usted desconfianza de España hacia Marruecos?
-Me lo han preguntado muchas veces, pero sería una percepción errónea y sin motivos. ¿Eso quiere decir que nosotros tenemos alguna relación con Al Qaida? No. Mire, los atentados de Casablanca fueron contra marroquíes y murieron más marroquíes que españoles. Con el nuevo gobierno de Abdelilah Benkirán creo que estas suspicacias desaparecerán.
-¿Confía en establecer una nueva relación?
-Naturalmente. Hemos invitado ya dos veces al PP a nuestro congreso. Antes España no conocía el partido, pero ya no es una excusa. El PP debe fortalecer sus relaciones con el PJD, somos el gran partido en Marruecos, desde el respeto mutuo y por el bien de ambos países vecinos y en lo fundamental amigos.
-¿Puede ayudar Marruecos al desarrollo económico de España?
-Creo que sí. Puede paliar en parte la crisis española. Aquí todavía no la notamos mucho por diferentes razones. El nivel de vida en Marruecos es más bajo. Un ejemplo muy sencillo: muchos jubilados españoles viven ya mejor aquí con las pensiones que cobran que en la misma España. Pero podemos hacer más. ¿Por qué no cogemos el modelo de Holanda con España para establecer una buena cooperación agrícola? Ahora en Marruecos hay muchos españoles que están trabajando con empresas del país. El tamaño de la cooperación cada vez aumenta más, pero los españoles deben jugar con más decisión en este campo.
-¿Me dice que España puede sacar partido al acuerdo agrícola?
-España puede sacar partido a ese acuerdo. Ye le he dado el ejemplo de Holanda. ¿Por qué no puede España utilizar a Marruecos como un punto de inversiones agrícolas? Así ganarían los dos. En el sector agrícola, aquí, no sólo se trata de producir frutas y hortalizas. Hay también un gran sector de empaquetado, embalajes, plásticos, en el que podrían entrar los españoles. Entiendo que hay relaciones de vecindad y complementariedad. Podemos y debemos profundizar en las vías de cooperación y no en las de enfrentamiento.
-¿Podrían constituir empresas mixtas?
-Y también empresas estrictamente españolas en Marruecos, que ya las hay. La agricultura es siempre un tema político muy importante. Pero en la política no ganas siempre. Ganas en algunos sectores y pierdes en otros. España gana en el sector pesquero. Nosotros no ganamos en la pesca, pero ganamos un poco en la agricultura. La política es también dar y devolver. Como usted ha escrito, España cambió tomates por sardinas.
-En realidad Rabat tampoco pierde con el acuerdo pesquero.
-Perdemos porque sus barcos esquilman el caladero. Igual que los españoles nos acusan de no respetar el acuerdo agrícola, ellos tampoco respetan el acuerdo pesquero. Pero eso son cosas que debemos solucionar hablando de todo, globalmente, no solo de lo que a cada uno nos interesa.
-Francia y España compiten en Marruecos ¿Están ustedes a favor de Francia?
-Estamos a favor de unas relaciones iguales con todos nuestros amigos y aliados, pero Marruecos está donde están sus intereses. Por eso ahora está más con Francia, que en este momento es su primer socio. La cuestión es qué ha hecho España para cambiar esto. Hasta ahora está jugando muy despacio y dejando el terreno a otros competidores, no solo a Francia y desde luego a los Estados Unidos. También a China, que está ya trabajando muy activamente por toda África.
-Muchos empresarios se quejan de que no tienen garantías jurídicas.
-Es cierto, sigue habiendo ciertos problemas de fondo. Pero el nuevo gobierno está trabajando en un arco de garantías para proteger los derechos de los inversores extranjeros. Lo han dicho los ministros de Asuntos Exteriores y de Justicia. Habrá una reforma jurídica para favorecer la inversión y respetar los legítimos derechos de cada inversor, que encuentren una seguridad jurídica.
-¿Qué debe hacer España?
-Habría que empezar cambiando el concepto de "moros"y "cristianos". En España todavía hay sectores, desde luego no en toda España, que ven a Marruecos como un país subdesarrollado y un enemigo histórico. No me parece correcto que se hable de "reino Alauita", nosotros no decimos por ejemplo "reino Borbón". Somos el reino de Marruecos. Son conceptos que influyen en la relación política y económica que entiendo España debe revisar.
-¿Y después?
-Al mismo tiempo, España debe reforzar su presencia en Marruecos porque Francia ya está trabajando en un nuevo modelo de relación económica. Hay que reforzar los lazos culturales. Y con España tenemos muchos vínculos. Hay más de seis mil palabras árabes en la lengua española, que no existen en Francia ni en ninguna otra parte.
-Y eso que el español, el idioma, está en retroceso...
-Al contrario. El español está en el norte y en el sur de Marruecos. El francés está claramente en el centro de Marruecos, donde París ejerció su colonización con el derecho del fuerte: implantó sus funcionarios, sus instituciones, su lengua.... El francés es la segunda lengua en Marruecos. Y sin embargo, hay más centros Cervantes que franceses. España debe reforzar más esos lazos.
-Estaríamos en una posición más favorable si lo hubiéramos hecho...
-Evidentemente. España dejó de hacer su papel como vecino de Marruecos. Y sin embargo, hay mucha gente aprendiendo español; el ministro de Universidades ha dicho que en poco tiempo habrá una universidad española; en las comparecencias del portavoz ahora hay traducción al francés y al español. Y como partido, una de nuestras visitas más importantes al extranjero ha sido a España, donde nos hemos visto con gente del PSOE, del PP, de IU. Como verá, este gobierno da gran importancia a nuestras relaciones bilaterales y España debería hacer lo mismo.
-En los últimos meses ha habido problemas con la concesión de visados...
-El Estado español debe cambiar esta política. Ha denegado visados a marroquíes sin ningún motivo, a pesar de que cumplimos los requisitos de Schengen: medios financieros, garantía de retorno... se cumple todo. Eso incita a la gente a intentar entrar en España irregularmente.
-¿Es más fácil pedir un visado a Francia?
-No hablo solo de España, hablo de toda Europa. Y eso que Marruecos tiene un estatus especial con la UE. Muchos latinoamericanos entran en España sin visado. Y si es por lazos históricos, tenemos más que Colombia o Perú. No solicitamos que se quite el visado, sino que suavicen un poco las condiciones.
-Y la inmigración sigue siendo un problema...
-Es un tema que se debe tratar en conjunto. España debe ayudar más porque la migración no se puede cortar. No tenemos medios, ni España ni nosotros. Tenemos que hacer más inversiones en Marruecos para que la gente se quede aquí, pero las grandes oleadas migratorias vienen hoy día del África subsahariana.
-¿Es el turismo un sector por desarrollar?
-Es muy importante. Y la cooperación puede y debe ser más grande. Incluso puede ser una solución para los problemas económicos de España e incluso de Ceuta en concreto, donde en los últimos años la clientela marroquí ha salvado las rebajas. Pero eso no significa que vayamos a dejar nuestra reivindicación histórica, por supuesto.
-Ceuta y Melilla. ¿Hay un acuerdo para que no nos estorben?
-Ceuta y Melilla no deben ser un obstáculo, aunque nosotros no vamos a dejar de reivindicarlas ni ustedes de defender que son ciudades españolas. Pero no es un asunto tan primordial para nosotros como el analfabetismo, el trabajo, la crisis... Hay que diluir la política en la economía y buscar soluciones prácticas, quizá hacer una administración conjunta medioambiental, por ejemplo. Mire, cada vez hay más interdependencia y relaciones humanas a un lado y otro de la frontera.
-¿Y el Sáhara?
-El Sáhara siempre ha formado parte del estado marroquí, que ha existido siempre.
-El sultanato existió, pero los derechos son discutibles. ¿Por qué tanto empeño?
-Esa pregunta también se le puede hacer al Polisario, a Argelia… Yo no sé si hay petróleo por allí o es la riqueza pesquera. La cuestión es que entre el Sáhara y Marruecos había un "beia", un contrato, un concepto religioso y cívico muy complejo. Cuando das la "beia"al rey le rindes pleitesía, no solo religiosa. Busquemos una solución para que todos los pueblos de la zona se puedan beneficiar, creo que el Plan de Autonomía marroquí es una buena opción.
-Todo el mundo se pregunta si el PJD implantará la ley islámica.
-Esas dudas se quitan sobre el terreno. Todavía no hemos prohibido el vino, por ejemplo. Además, no hemos llegado para crear nuevas leyes, lo que tenemos que hacer es aplicar sencillamente las que ya había. Nada más. Ahora, si decimos que un musulmán no debe beber vino, eso está en la legislación, pero los extranjeros tienen derecho a beber alcohol.
-O a un marroquí que no se considere musulmán...
-Hay una diferencia en esto. No se puede decir que un marroquí no se considere musulmán, salvo que sea hebreo. Pero un extranjero, aquí en Marruecos, tiene todo el derecho y lo respetamos.
-¿Y los derechos de las mujeres?
-Hay muchas chicas que no llevan velo. Nuestra jefa de prensa, sin ir más lejos. Yo creo que esto es un estereotipo, una fobia creada por algunos contra nuestro partido. Ahora estamos preparando la llegada de Shakira, de Beyoncé. En Marruecos se respeta todo. Mire, su libertad termina cuando comienza la mía y viceversa.
-¿Y la relación del PJD con la monarquía?
-La Monarquía nunca ha sido puesta en entredicho y Marruecos está compuesto de muchas etnias muy diferentes entre sí. Y las dos únicas cosas que nos unen son el Islam y la Monarquía, que tiene 12 siglos de historia.
-¿Legalizará su partido a Justicia y Espiritualidad?
-El ministro ha dicho que podría dar licencia a Justicia y Espiritualidad para su legalización. Si quieren hacerlo, mañana mismo serían aceptados, no hay ningún veto. Sólo tienen que aceptar las reglas del juego. También defendemos que los salafistas tengan su propio partido, creo que están organizando uno y eso es bueno. Es mejor para todos que estén dentro del sistema, respetando el marco jurídico, porque si aceptan sabemos que vamos a jugar del mismo modo. Hay que integrar y no excluir, creo que vamos por el buen camino.
-¿Por qué ustedes admiten el doble papel del Rey?
-Para nosotros no hay diferencia entre el Amir Al Mumenin y Jefe del Estado. El concepto islámico de rey es muy complejo, pero eso no quiere decir que acapare todos los poderes. La democracia está en el Parlamento. Y el primer ministro es el "hombre fuerte"que tiene todo el derecho de nombrar a sus colaboradores, hasta la aceptación del nombramiento de ministros por el rey es a propuestas del jefe de gobierno. Eso ha sido un paso muy grande.
-¿Será bueno, de todas formas, que el 20-F continúe protestando?
-Deben continuar, pero de un modo pacífico. Es un movimiento social que ahora está aprendiendo a hacer política, pero entiendo que no debería convertirse en un partido político. Muchos de nuestros dirigentes han estado con el movimiento, los actuales ministros de Justicia y Exteriores por ejemplo y algunos diputados salieron a la calle el 20 de febrero de 2011, pero como partido político no hemos sabido muy bien qué hacer porque no sabíamos quien dirigía el movimiento.
Defiende Bel-Lahsen que se potencie el conocimiento mutuo entre españoles y marroquíes. Y si la base son los jóvenes, mejor todavía. "Había antes un acuerdo de crear una Universidad de Medicina que se iba a llamar de los Dos Reyes", recuerda. "El proyecto era para Tetuán. Pero luego fue para Tánger. Y todavía no ha salido nada". "Por parte española creo que estaba la UNED detrás. No se sabe qué o quién ha parado el ambicioso proyecto conjunto hispano-marroquí, que puede recibir un nuevo impulso si Madrid y Rabat siguen la senda de cooperación que ya han apuntado. "Este es un tema del Ministerio de Educación Superior", asegura Bel-Lahsen para quien "los españoles tienen que percibir nuestra simpatía y nuestra mano tendida, entender qué es lo que estamos haciendo hacia España. Mire, no somos solamente moros".
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