Propuestas para el diálogo

Humanismo cristiano
Cualquier momento es bueno para debatir sobre los principios y valores sobre los que se sustenta el humanismo cristiano. Esta sociedad está muy necesitada de ellos y problemas como la crisis pueden encontrar respuesta incluso en ese humanismo cristiano. Los valores no se pueden olvidar, son los que conforman nuestros principios de igualdad, de solidaridad, de sociedad justa... De ahí nace y se dan aportaciones en todos los tiempos. El humanismo cristiano es determinante en nuestra concepción del ser humano».

Francisco Vázquez
Ex embajador de España en el Vaticano

Excepcional
«Este encuentro es excepcional. Se contraponen dos visiones: el humanismo cristiano, basado en las raíces de la fe católica; y una visión del humanismo más filosófica, más laica. Es bueno que personalidades que representan opciones tan contrapuestas ofrezcan juntas su vision de la sociedad. Lo importante es dar un signo de tolerancia. Con esta crisis tan profunda, no sólo económica, sino de valores, la tolerancia es fundamental para buscar acuerdos que faciliten la convivencia».

Nicolás Fernández Guisado
Presidente del sindicato de profesores ANPE

Defender las raíces cristianas en europa
«"Soy atea, y si un ateo y un Papa piensan las mismas cosas, debe haber algo verdadero, debe haber alguna verdad humana que está más allá de la religión", dijo en una ocasión Oriana Fallaci. A pesar de definirse "no creyente", la periodista italiana fue una firme defensora de la identidad cristiana del Viejo Continente, como Juan Pablo II, que dijo respecto a Europa "sé tú misma, recupera tus raíces cristianas". Tenemos que rescatar el modelo social europeo y ser fieles a nuestras raíces en cada decisión política que discutamos. Sólo con la defensa firme de los principios que consolidan nuestra civilización lograremos una Europa más solidaria, más justa y más humana».

Pablo Zalba
Vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo

¿Una moral exigente sin creer en dios?
«El debate entre el cardenal Cañizares y el ex presidente Zapatero planteará un dilema interesante. Es cierto que se puede tener una moral muy exigente sin creer en Dios. Y también que existen personas de gran rectitud moral que no son creyentes. Y pueden encontrar doctrinas éticas muy respetables que excluyen la fe. Pero pienso que una ética sin Dios, basada sólo en un consenso social, o en unas tradiciones culturales, ofrece menos garantías ante la patente debilidad del hombre o ante su capacidad de ser manipulado. Cuando se prescinde de Dios, es más fácil que el hombre se desvíe hasta convertirse en la única instancia que decide lo que es bueno o malo, en función de sus propios intereses. ¿Por qué ayudar a una persona que difícilmente me podrá corresponder? ¿Por qué perdonar? ¿Por qué ser fiel cuando es tan fácil no serlo? ¿Por qué no aceptar esa pequeña ganancia fácil? ¿Por qué arriesgarse a decir la verdad y no dejar que sea otro quien pague las consecuencias de mi error? Quien no admite que haya nadie superior a él que juzgue sus acciones, se encuentra más indefenso ante la tentación de erigirse en juez supremo de lo bueno y lo malo».

Alfonso Aguiló
Director del Colegio Tajamar