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Miguel Abellán: «No tengo menos méritos que los que vienen dos tardes»
Pasada la treintena, Miguel Abellán ha alcanzado la madurez como torero. Atrás quedaron ya esos años en los que un joven y valiente matador de Usera vestido con terna blanco y plata se fajaba con los toros para pagar incluso con sangre si era necesario las orejas y puertas grandes.
Tras dos años rozando de nuevo el triunfo, el local, ejemplo de torero de Madrid, regresa a su plaza talismán en la segunda tarde del ciclo.
–¿Cómo afronta San Isidro?
–Con mucha ilusión, creo que llego en un momento inmejorable de madurez y de saber estar delante del toro. Ahora mismo me considero un torero hecho y vengo a corroborarlo a la primera plaza del mundo.
–Para ello, lidiará sendos encierros de Vellosino y La Palmosilla.
–Sí, tengo bastante confianza puesta en esta primera corrida. Son reses con origen Raboso, un encaste que se aleja del toro comercial y que, por tanto, gusta en Madrid. Además, suelen ser animales que van de menos a más, también muy necesario para calar en este público. Esperemos que salga una gran corrida y la de La Palmosilla también. Ésta se ajusta más a lo que estamos habituados, sangre Núñez-Osborne, esperemos que sirva y, sobre todo, que aguante el peso que tiene una plaza como la de Madrid.
–De once a once, torea hoy y no volverá a hacerlo hasta bien entrado junio. ¿Es bueno o malo que sus dos comparecencias estén tan separadas?
–Sinceramente... no lo sé. Ha venido así y ya está. A ver qué pasa. No tengo que pensar en ello, tan sólo en la corrida de esta tarde y luego ya pensaremos en la otra. Sólo tengo que concentrarme en triunfar hoy, lo que pueda pasar mañana o dentro de un mes, Dios dirá.
–Va a dos tardes, pero en un principio parecía que se iba a quedar fuera del ciclo...
–Parecía no; lo estaba. Hasta un par de días antes de cerrar los carteles no tenía nada. Me quedaba fuera. Afortunadamente, al final reinó la cordura. La empresa sólo me ofrecía una corrida y, honestamente, creo que no he hecho menos méritos que otros compañeros que estaban ya anunciados a dos tardes. Se complicaron las negociaciones y a punto estuve de no venir.
–Por Internet, incluso comenzaron a pedir firmas para pedir su inclusión en el abono.
–Sí, me consta. Hubo una protesta a través de las redes sociales. Y debió surtir efecto, porque un par de días después entré en los carteles. Hoy en día, estos canales tienen repercusión y sólo puedo agradecerlo a todos los que presionaron para que esta tarde me vista de luces.
–Detalle que da fe de que es un torero de Madrid.
–Sí, la afición sabe que desde que maté mi primer astado allá por 1997 siempre vengo con todas las de la ley. He sumado puertas grandes, he cobrado también lo mío y todo eso me lo han reconocido cada vez que he venido, así que es imposible que yo no les tenga también cariño.
–El año pasado rozó el triunfo con un burel de El Cortijillo y el anterior hizo lo propio con otro de El Ventorrillo. ¿Tiene que ser este año?
–Ojalá pueda culminar este San Isidro y cuajar un toro para redondear un triunfo de los de verdad. La faena del año pasado fue una de las más importantes de mi vida en Madrid, además demostré que yo también puedo tan bien como cualquiera, que no sólo tengo valor y amor propio. Los pocos privilegiados que hemos sentido ese crujir de Las Ventas entregada, sabemos lo que significa.
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