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El suicidio de Llamazares por Martín Prieto

La Razón
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Médico consorte casé con una argentina que marchó a Baltimore a un Fellowship sobre cáncer. Si hubiera marchado a Cuba a hacer un máster en Medicina Social, tal como el doctor Llamazares, no hubiera habido esponsales. El diputado de Izquierda Unida maneja datos de una revista médica inglesa para asegurar que en los países europeos denominados «PIGS» se han disparado los suicidios.

La publicación «Lancet» no es un prodigio de estadística. La tesis de un holocausto suicida por la crisis financiera pertenece a la extrema derecha griega, que se opone a pagar las deudas. Los datos sobre suicidios en España no se publican por temor al contagio psicológico, pero estamos en unos 5.000 por año, arriba o abajo según varíe la población, pero muy poco tiene que ver con la situación socioeconómica de un país.

El suicidio se considera como una dolencia que tiene que ver con la tristeza maligna, la depresión, y nada con las decisiones de la señora Merkel. Tan es así, que la Iglesia Católica les da tierra sagrada. Hace décadas que el doctor Llamazares se suicidó políticamente y, sin embargo, goza, afortunadamente, de buena salud. Sería interesante que el doctor nos diera los datos de los suicidios en Cuba, incluidos por huelga de hambre.

El argumento de quienes se quitan desesperados la vida por sus manos es lo que nos faltaba para calentar la calle. Los muertos que vos matáis gozan de buena salud…