Almería

Las nucleares inofensivas para la salud

El trabajo ha estudiado la evolución, a lo largo de casi 30 años, de mil municipios en el entorno de las instalaciones. 

Respuesta a una inquietud social
Respuesta a una inquietud sociallarazon

Quedan zanjadas, «y de forma clara y contundente», las inquietudes sociales que genera el vivir en las proximidades de una central nuclear. Así lo aseguran los responsables del estudio epidemiológico elaborado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III, y presentado ayer junto al Ministerio de Sanidad. El objetivo del trabajo era ambicioso: el seguimiento de la mortalidad por cáncer, en más de ocho millones de personas, desde 1975 hasta 2003, de todos los municipios situados en un radio de 30 kilómetros alrededor de las centrales nucleares y demás instalaciones, así como de otros utilizados como referencia –unos 1.000 en total–. ¿El resultado? «No existen evidencias de un riesgo para la salud de los personas», afirmó ayer el director técnico de Protección Radiológica del CSN, Juan Carlos Lentijo. Las conclusiones son tres. Las dosis de radiación recibidas por las poblaciones como consecuencia de las instalaciones «son muy reducidas y muy por debajo» de las que podrían «relacionarse con efectos en la salud». Tampoco se ha encontrado «un incremento de la mortalidad» por diferentes tipos de cáncer (hasta 17 se han estudiado) asociados a «las radiaciones ionizantes» de las instalaciones. Por último, no se han detectado significativos excesos de mortalidad por cáncer debidos a la radiación natural. Pese a contar «con las limitaciones de todo estudio», el trabajo «aporta un extraordinario valor científico y va a ser un referente», apuntó Lentijo. Para el CSN, el resultado demuestra que «el modelo de control de las instalaciones es el correcto», y que «nuestro modelo regulatorio estaba dando buenos resultados», añadió. Entre las conclusiones, el trabajo estima que las dosis de radiación artificial serían muy bajas, con un valor máximo de 350 microSv, siendo el límite de dosis establecido para la población, según la reglamentación española, de 1.000 microSv en un año. Sí que se «han encontrado algunas asociaciones dosis-respuesta puntuales», pero «no han podido ser atribuidas a la exposición derivada del funcionamiento de las instalaciones». En este sentido, en el texto se apunta que en el entorno de la central de Garoña (Burgos) parece que hay un incremento de la mortalidad por cáncer renal. Y en Vandellós (Tarragona) «podría existir una mayor mortalidad por cáncer de pulmón». «Tiene que haber una consistencia en las dosis-respuesta. Se pueden encontrar asociaciones aisladas, sin ninguna relación con la dosis recibida. Si se utiliza el método estadístico, se hallarán algunas asociaciones en un sentido o en otro», recordó Ildefonso Hernández, director general de Salud Pública y Sanidad Exterior. «Hay otras causas de cáncer en estos resultados. Médicas, genéticas... No hay una clara relación causa-efecto», subrayó José Jerónimo Navas, director del Instituto de Salud Carlos III. Buena acogidaLa recepción de este informe, que nació por «una demanda social» y que se realizó a petición del Pleno del Congreso de los Diputados en 2005, ha tenido una valoración positiva por parte de la industria e incluso de organizaciones ecologistas. Nuclenor, titular de la central de Garoña, afirmó que este trabajo «corrobora que el funcionamiento de las centrales no tiene incidencia para la salud». Mientras, Ecologistas en Acción «felicitó» a los autores del estudio y agradeció el hecho «de que se haya creado un Comité de Seguimiento con amplia representación de la sociedad». Eso sí, lamentó que «no se hayan considerado de forma separada casos especialmente vulnerables, como los niños», aparte de que se trate «de un estudio de mortalidad, no de incidencia». Por último, la Asociación de Municipios Afectados por Centrales nucleares calificó el informe de «esclarecedor».

 

ANÁLISIS. Los problemas, en instalaciones antiguas-¿Qué zonas tienen mayor exposición a la radiación?–Según el Consejo de Seguridad Nuclear, las zonas más afectadas serían las que cuentan con las centrales más antiguas: las de José Cabrera (Guadalajara), Garoña (Burgos) y Vandellós (Tarragona), así como la fábrica de uranio de Andújar (Jaén) y la mina de uranio de Saelices El Chico (Almería). - ¿En qué instalaciones se ha detectado una mayor mortalidad? –El estudio afirma que en la fábrica de Andújar se han detectado «excesos de mortalidad para los cánceres de pulmón, colorrectal y leucemias». Mientras, en Saelices El Chico se aprecian «mayores tasas de mortalidad por cánceres de sistema nervioso central».

 

3 Conclusiones1/ Dosis mínimasEl trabajo concluye que las dosis de radiación recibidas por la población como consecuencia de las instalaciones son «muy reducidas» y sin relación «con efectos en la salud». 2/ No sube la mortalidadNo se han detectado «resultados consistentes que muestren un incremento de la mortalidad por diferentes tipos de cáncer asociados a la exposición de las personas a las radiaciones». 3/ Radiación natural También se han tenido en cuenta los impactos que puede generar en la población la radiación natural. Así, «no se han detectado excesos de mortalidad por cáncer estadísticamente significativos.