Policía

Las familias de los ancianos muertos en la furgoneta no denunciarán

Las familias de los ancianos fallecidos en la furgoneta de un geriátrico de Ciempozuelos, supuestamente por un despiste del responsable del centro, no presentarán denuncia contra él, según han informado fuentes de la Guardia Civil.

Tras la comparecencia este lunes del copropietario del geriátrico Virgen del Consuelo de Ciempozuelos, Luis Miguel Aranda, en la que pidió disculpas y admitió su completa responsabilidad en el "error de trágicas consecuencias", la familia de los fallecidos ha decidido no personarse en el proceso judicial. No obstante, les asiste la facultad de poder personarse en cualquier momento del proceso.

La magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción n 6 de Valdemoro, que ha abierto diligencias previas para esclarecer los hechos, se encuentra a la espera de los correspondientes informes forenses que señalen la causa de las muertes y llamará a declarar a Aranda en calidad de imputado en el momento procesal oportuno.

Los fallecidos, que padecían demencia senil y se movían en silla de ruedas por su discapacidad, pasaban el día en la residencia de ancianos y luego dormían en sus domicilios. Pero este sábado no llegaron a sus casas, por lo que sus familiares acudieron al centro al no recibir noticias de ellos.

El responsable de la residencia ha detallado que recogió a los ancianos con la furgoneta y, al llegar a la residencia, subió primero a los que pueden caminar "porque tienen más riesgo de caída y porque alguno de ellos se puede escapar".

Tras dejarlos en una sala junto a una de las cuidadoras, se dispuso a volver al vehículo a por los dos ancianos que permanecían en sus sillas de ruedas y no ha podido precisar "si fue una llamada de teléfono, una conversación con la encargada o la visita de un familiar de otro anciano"lo que le hizo que le "fuese de la cabeza recoger a los abuelos".

El director de la residencia ha afirmado que no fue hasta que volvió a la furgoneta cuando encontró los cadáveres, momento en el que se les trasladó a una habitación "para ver si se podía hacer algo con ellos", aunque allí se comprobó que "no se podía hacer nada". Posteriormente avisó a las familias y se les contó exactamente lo que pasó, al igual que a la Guardia Civil.

Aranda fue detenido ese mismo día, pero quedó en libertad con cargo por dos delitos de homicidio por imprudencia. Un día después fue puesto en libertad toda vez que en su primera declaración había reconocido los hechos, tiene arraigo en la zona y no hay riesgo de fuga.