Historia

Valencia

El veredicto de la Historia

Por primera vez, un diccionario biográfico, el de la Real Academia de la Historia, recoge las vidas de los políticos españoles. Hasta ahora, sólo se han publicado los volúmenes hasta la «h». Aguirre, Aznar, Bono y Carrillo, entre los más destacados.

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Quedarán así para la Historia, o hasta que el borrón de otro catedrático o el signo de los tiempos dibujen sus perfiles de otra forma. Serán, cuando la monumental obra se termine de publicar el año que viene, 40.000 vidas ilustres (a veces no tanto) de personajes de la historia de España. Conquistadores, religiosos, duques, científicos, militares, y los que más claroscuros envuelven: los políticos. El Diccionario, redactado por historiadores de reconocido prestigio, tampoco ha conseguido poner de acuerdo a todo el mundo sobre los méritos de los protagonistas políticos, como no han conseguido los historiadores un consenso unánime sobre los hechos del pasado de España.

El «héroe» Bono
Este periódico pudo consultar la obra en la Biblioteca Nacional, donde sólo están disponibles los volúmenes hasta la «e». Al tratarse de una autoría colectiva, las entradas del diccionario no tienen un tono homogéneo. Llama la atención que mientras el ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, no cuenta con una entrada, el curriculum de José Bono, elaborado por Juan Sisinio Pérez Garzón, adquiere cierto tono heroico. Por ejemplo, se subraya que «en 1976 viajó a Chile para denunciar las violaciones de los derechos humanos siendo expulsado por el Gobierno del dictador Pinochet». También se destaca su participación como acusación particular en el juicio por los asesinatos de los abogados laboralistas de Atocha o su papel en «la renovación del socialismo español». Mucho más austera es la biografía del ex ministro del Interior que construye José Luis Sampedro, a pesar de que el historial es mucho más espinoso. Además de destacar que es hijo del vizconde de Barrionuevo, un título carlista, con tono aséptico escribe que estuvo «involucrado en asuntos ilícitos acaecidos durante el periodo en que Felipe González estuvo al frente de la Presidencia del Gobierno». Se reseña escuetamente que fue condenado por el GAL y el «caso de los fondos reservados». De otras ex ministras socialistas se destacan elementos más subjetivos. Carmen Calvo, ex de Cultura, pasará a la posteridad también por su afición al «heavy metal». De Magdalena Álvarez (extitular de Fomento) se destaca su «marcada tozudez» para luchar por sus puntos de vista, y de Bibiana Aído, que es la persona más joven que tendrá cabida en la obra por haber sido ministra de Igualdad, apenas se comenta su afiliación y su cargo al frente de la Agencia Andaluza para el desarrollo del flamenco.

En el lado popular, de Francisco Álvarez Cascos, su vida política es narrada con total asepsia, incluyendo antecedentes familiares; las del ex ministro de trabajo Juan Carlos Aparicio; sin embargo se asegura que fue víctima «del duelo a muerte con las organizaciones sindicales» de José María Aznar.

La capacidad de Aguirre
En la entrada del expresidente del PP se reflejan sus inicios en la política castellanoleonesa y el escaño sorpresa que logró en 1982 y que propició su ascenso en la política autonómica. El diccionario constata sus advertencias ante la «tregua trampa» de ETA de 1998, por lo que mantuvo con la banda un «somero tanteo». También refleja el «aprovechamiento desde la oposición socialista del hundimiento del ‘‘Prestige''», que erosionó su popularidad, y, finalmente, su decisión voluntaria de abandonar la política. El Diccionario refleja también que el PSOE ganó las elecciones de 2004 en medio de un «clima social traumático».

De Esperanza Aguirre se destaca, entre otras cosas, que como ministra de Educación y Cultura «intentó paliar la endogamia universitaria» y que «modernizó» El Prado y el Reina Sofía; como presidenta de la Comunidad de Madrid recuerda el atentado terrorista de Bombay y «su capacidad para tomar decisiones rápidas en situaciones críticas o adaptarse a lo inesperado».


Se cuelan Bardem y Teddy Bautista
¿Merecen Pilar Bardem y Teddy Bautista entrar en la Historia y no Duran i Lleida? Pues el Diccionario les dedica a los primeros sendas y bastante generosas entradas. En el caso de la actriz, incluso de un tamaño similar a la de su hermano, el cineasta Juan Antonio Bardem, a pesar de que las aportaciones como realizador y teórico al cine español de éste fueron, objetivamente, muy superiores a las de la intérprete. De hecho, buena parte del texto está centrado en su actividad durante el «No a la Guerra». También el todavía presidente ejecutivo de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) tiene hueco en la posteridad, además de su labor como compositor, se subraya «su gran capacidad organizativa» que le ha llevado a acumular cargos y también su apoyo al PSOE.


El detalle
CARRILLO «COINCIDIÓ» CON PARACUELLOS

Controvertida, no podía ser de otra manera, es la semblanza de Santiago Carrillo, uno de los máximos responsables del Partido Comunista Español durante buena parte del siglo XX. El texto asegura que «tras la huida del gobierno republicano a Valencia el 6 de noviembre, Carrilló aplicó una política de terror revolucionario que compartieron todas las organizaciones del Frente Popular». Al llegar al momento más polémico, se asegura que «coincidió así con los asesinatos de Paracuellos y Torrejón de Ardoz, donde varios miles de personas de toda edad y condición, en gran parte sacadas ilegalmente de las cárceles madrileñas, fueron fusiladas sin más». Sólo apostilla que «nunca ha asumido responsabilidad en estas matanzas», pero «ratificó su total identificación con las políticas del terror» .