Cavenaghi sentencia a la Real Sociedad en Mallorca

El Mallorca sigue sin encajar un gol en el Iberostar Estadio, y se está mostrando muy sólido, como en la temporada pasada. La Real encajó los goles en los primeros minutos de cada periodo y ello condicionó su juego. Pese a todo, lo intentó, pero estuvo muy desafortunado en los metros finales.

El Mallorca demostró en la primera parte que cuando juega en casa es otra cosa, nada que ver con la imagen de equipo insustancial y dubitativo que pasea lejos de la isla. Ante la Real, fue un conjunto aplicado, serio, disciplinado y sobre todo, muy vertical.

El equipo de Michael Laudrup empezó por las bandas su tarea de acoso y derribo a los donostiarras. Por la derecha, el brasileño Ratinho, que pudo ser alineado tras la llegada de su pase internacional esta misma semana, y Emilio Nsue fueron una pesadilla para la defensa visitante.

Lo mismo ocurrió por la izquierda, con el joven canterano Kevin y el uruguayo Gonzalo Castro, que obligaron a De La Bella a trabajar a destajo. El portugués Nunes se retiró lesionado (min. 23) y le sustituyó Rubén González.

Además, el gol del argentino Fernando Cavenaghi (min. 7), cedido por el Girondins de Burdeos, fue clave en el desarrollo de los primeros 45 minutos. El "Torito", como le apodan, se estrenó en la Liga con un golazo, ya que remató cruzado tras revolverse en un palmo en el área rodeado de rivales.

La Real mostró un juego plano y demasiado previsible. Arriba, Raúl Tamudo, especialista en marcarle goles al Mallorca en su etapa en el Espanyol, estuvo abandonado a su suerte. No le ayudó nadie. El centro del campo donostiarra naufragó y sus jugadores cometieron demasiados errores.

En la reanudación, el equipo del uruguayo Martín Lasarte salió con más determinación y ya en el minuto 53, Antoine Griezmann pudo empatar, pero su disparo se fue desviado. Cuando mejor estaba jugando la Real, llegó el segundo gol de Cavenaghi (min. 61), que aprovechó un error de la zaga visitante. Pese a que el 2-0 parecía definitivo, los donostiarras no cejaron en su empeño de acortar distancias, aún a costa de dejar grandes espacios para el contragolpe balear.

El Mallorca se defendió con orden y no dio opciones a su rival, hasta asegurar la segunda victoria consecutiva en su campo, donde sigue invicto, con dos triunfos y un empate.