Desempleo juvenil
Claridad
Para un lingüista no hay noción más oscura que la de claridad. Ha conducido en el pasado al chovinismo de afirmar que hay lenguas más claras que otras. Como si la claridad estuviera en las lenguas y no en la mente de los hablantes. Pues andamos perdidos a causa del lenguaje. Y no es cierto, como dijo Talleyrand, que las lenguas se inventaran para poder ocultar lo que uno realmente piensa ni para disimular el simple hecho de que no se piensa nada, como afirmó, más cínico, Kierkegaard.
Porque el problema de España no son las jubilaciones que están pagando los que trabajan, sino las que dejan de pagar los desempleados jóvenes que debieran de estar cotizando. España encabeza el ranking de paro juvenil en el mundo, con una tasa que supera el 40% frente al índice mundial del 12,6%. Mientras, el Gobierno pretende ocultar la cruda realidad con eufemismos como «contrato de transición hacia el empleo estable». Y hasta festeja como hito histórico el recorte de las futuras pensiones que estos jóvenes habrán de pagar. El drama lo ilustró bien la viñeta de Caín en LA RAZÓN: «Vente a Alemania, José», porque aquí no hay futuro. Ninguna universidad española se cuenta entre las 200 primeras del mundo. No hay dinero para formar a universitarios, pero los pocos que logramos los exportamos gratis. Tremendo error. España está destruyendo la parte más prometedora de su capital humano. Como dijo Ortega, la claridad es la cortesía del filósofo. Bueno sería que también lo fuera del gobierno.
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