PP y PNV formalizan su relacion sin comprometerse a ningún pacto

Para el PP, el objetivo era escenificar que ha roto el cordón sanitario de la anterior Legislatura y que le disputa al PSOE sus apoyos parlamentarios. Incluso el del PNV, pese a las diferencias abismales en «líneas rojas» como el modelo de Estado o la política antiterrorista. En suma, «de lo que se trata es de hacer amigos» –según explicó informalmente Mariano Rajoy, tras su intensa reunión con el presidente del PNV, Íñigo Urkullu. Y la estrategia del PNV era tantear al PP, del mismo modo que lo está haciendo con el PSOE, para venderse luego al mejor postor siempre que le garantice sus cuotas de poder en las elecciones municipales y forales. En la agenda de la reunión estuvo la economía, la situación en la UE, la energía..., pero Urkullu también aprovechó para plantear las generales de la ley de ese discurso lleno de eufemismos sobre el autogobierno o en apoyo de que Batasuna concurra a las elecciones. Urkullu elogió el talante y la cordialidad de Rajoy, e incluso dijo que estaba satisfecho con la respuesta que éste le había dado cuando sacó a relucir la defensa del concierto económico. El PP no apoyó el «blindaje» del concierto en las Cortes Generales –para evitar que las normas tributarias forales puedan ser recurridas ante la justicia ordinaria– y La Rioja lo ha recurrido en el TC. En suma, una primera reunión, un inicio de relaciones normalizadas del que está por escribir su futuro. El PNV no cerró ninguna puerta y tampoco se «ató» de manos en nada, por lo que oficialmente deja en el aire su posición en el Debate de la Nación y en lo verdaderamente importante: la votación del techo de gasto de 2011 y los PGE del próximo año. Urkullu aprovechó para retar a Zapatero a que mueva ficha y descartó la moción de censura.