Interior
Muchos quilates
Mientras la economía continuó retrocediendo durante el pasado año, la actividad fue frenética en el ámbito de la delincuencia contra establecimientos de joyería y relojería. Los delincuentes, que escogieron como objetivo de sus fechorías a este gremio de muchos quilates, trabajaron a destajo y batieron cifras históricas: 265 actos delictivos durante 2011, casi uno por día laborable. Los joyeros se reunieron el jueves con la nueva cúpula del orden público: la delegada del Gobierno, el director general de la Policía y el jefe superior. Hicieron la misma petición de siempre: que se activen los mecanismos para modificar la ley de enjuiciamiento criminal y con ello impedir que haya delincuentes reincidentes, algunos como más de cien delitos a sus espaldas, pendientes de juicio y, mientras tanto, en libertad. Y añadieron otra propuesta: actualización de la obsoleta ley de seguridad privada.
Los joyeros encontraron mucha receptividad, compresión y ánimo de colaborar entre los responsables policiales, quienes les prometieron hacer un seguimiento del problema y algo importante: una llamada de atención a los comercios colindantes con las joyerías, que son utilizados para ejecutar el sistema del butrón, el más común de los que se perpetran para este tipo de robos.
El gremio de la joyería y relojería es de muchos quilates, y por eso es el oscuro objeto del deseo de los ladrones. No vale con echar el cierre, con blindarse con los sistemas más sofisticados de autoprotección, cada vez más caros y difíciles de asumir. Nada es suficiente si no se cambia la ley, que permite que los reincidentes sigan robando, mientras esperan a que les vayan llegando los juicios.
✕
Accede a tu cuenta para comentar