Elecciones en Francia

Que viene el coco

La Razón
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«O votáis al PSOE o viene la derecha más derecha de Europa». ¿Es éste un argumento de peso?
Nadie nos puede contar cuentos a estas alturas de la democracia española. Cuando el PSOE saca a pasear por mítines y plazas el espantajo de la derecha, de la derecha extrema, de la derecha de la derecha o de la derechona es que las encuestas que ellos manejan y que suelen acertar, les tienen que estar dando muy malos resultados. Es cierto que en esta ocasión la gran mayoría de los estudios demoscópicos que se están publicando en los medios de comunicación dejan claro que hay un desplome socialista. Pero quizá, metidos como estamos en campaña electoral, tienen un valor muy especial los estudios diarios que realizan cada partido político y que pulsan de forma muy directa el pensar de los ciudadanos que votarán el 22 de mayo.Por eso, tiene una lectura muy significativa el arreón dialéctico que el Partido Socialista ha puesto en marcha estos últimos días.

A los socialistas se los ve nerviosos, transmiten inseguridad, conviven con el desconcierto y se muestran temerosos por lo que pueda venir después de las elecciones. Ven peligrar con claridad y con certeza miles y miles de cargos públicos, escogidos a dedo en ayuntamientos y autonomías que hacen de la política una larga e interminable lista de personas acostumbradas a vivir del dinero público, sin oficio ni beneficio. ¿Son todos? Desde luego que no. Pero de lo que no hay duda es que sobran muchos. Y en tiempo de crisis tanto dispendio es todavía mucho más llamativo. Dicho lo cual, se preguntarán a dónde quiero llegar. El destino es bien sencillo. Se figuran ustedes, el 23 de mayo por media España miles de cargos públicos socialistas, lampando por aquí y por allá, y que se quedarán en la calle de forma automática al perder unas elecciones. Una auténtica legión. Una legión peligrosa y dañina cuando a la vuelta de la esquina se van a celebrar unas elecciones generales donde la alternancia en el poder con el Partido Popular parece ya algo inevitable en las urnas, higiénico para la democracia española y necesario para salir del pozo negro en el que estamos metidos.

Este fin de semana hemos tenido el ejemplo más claro cuando Zapatero, desde Gijón, ha vuelto a la estrategia del miedo. A la estrategia lamentable y ausente de todo planteamiento intelectual presentable: «O votáis al PSOE o viene la derecha más derecha de Europa». ¿Es este un argumento de peso? ¿Tiene esta advertencia el gesto de un hombre de Estado? Sinceramente es una vergüenza. Los ciudadanos españoles, atorados por la crisis, arrumbados por el pesimismo y decepcionados por el Gobierno quieren ilusión, buscan los resortes necesarios para salir adelante y sólo piden gobernantes responsables y serios que hagan frente a la realidad de la situación. Los españoles somos un pueblo maduro, aunque los políticos nos sigan tratando como a niños. Algunos piensan que con sustos de patio de colegio pueden ganar unas elecciones. Y en España ya no encontramos fantasmas y brujas detrás de las esquinas.