París
El exresponsable de Ikea en Francia denuncia un sistema organizado de espionaje
El antiguo responsable de los servicios de seguridad en la filial francesa del grupo sueco Ikea Jean-François Paris denunció hoy que la dirección de la empresa conocía que se espiaba a sus empleados y clientes y aseguró que esa práctica también era habitual en las sedes de otros países.
Paris, despedido a mediados de mayo junto con otros tres altos cargos después de que se desatara el escándalo, se sincera por primera vez desde su despido en el periódico "Le Monde" y lamenta que la compañía responsabilice a unas cuantas personas de unos métodos que, según él, estaban institucionalizados.Cuando asumió su cargo en Ikea, su misión consistía en supervisar a los responsables administrativos de las tiendas francesas y gestionar todo lo relativo a cuestiones de seguridad, desde la prevención de accidentes de trabajo hasta la videoprotección de los establecimientos.A medida que la cadena aumentó su número de tiendas en el país, explica, sus labores fueron tomando amplitud y llegó un momento en el que se recurrió al servicio de diversas empresas privadas, a las que en un primer momento se les solicitaban datos y antecedentes de los empleados en cuestión.Desde mediados del año 2000 ese "control del pedigrí"alcanzó un "carácter industrial", puntualiza en "Le Monde", donde precisa que se recurría a bases de datos para conocer si algún candidato tenía antecedentes judiciales y sostiene que otras filiales de Ikea en el extranjero también se sirven de ficheros similares."No medí las consecuencias penales de mis actos. Si lo hubiera sabido, nunca habría corrido el riesgo de exponerme a mí y a mi familia", señala Paris, no sin aclarar que todas las intervenciones estaban pagadas por la filial francesa de Ikea.El exdirector general de la firma Jean-Louis Baillot, que también fue despedido en mayo, tacha de "grotescas"esas acusaciones y alega que el exjefe de seguridad busca acusar a otras personas en un intento de defenderse.El primero en desvelar el caso fue en febrero el semanario "Le Canard Enchainé", que afirmó que había tenido acceso a un centenar de correos electrónicos entre Ikea y la empresa de seguridad privada Sûreté International y que informó de que los sindicatos habían presentado una denuncia contra la empresa por espionaje."Ikea Francia no va a hacer comentarios sobre el proceso penal en curso y seguirá aportando toda su colaboración para el esclarecimiento de la verdad", indicó hoy la firma en un comunicado enviado a Efe.La empresa condenó en esa nota los métodos denunciados, los consideró "contrarios a sus principios más fundamentales, principalmente al derecho a la vida privada", y recordó que para evitar que se repitan ha reforzado su organización en Francia con la creación de un departamento de "gobernanza y conformidad".
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