Los ricos también lloran

Al menos esto se decía en algunos culebrones latinos. Abres «Hola» y en su primera página te encuentras con puro azúcar, Charlene y Alberto de Mónaco, disfrutan de su segunda luna de miel. Para que se vean que están totalmente al día, estas segundas mieles son ecológicas y solidarias –esperemos que no hayan sido también puras y castas–. Han recreado una especie de Mogambo, aquella legendaria película que protagonizó mamá Grace antes de ser princesa. Se fueron a Nepal y allí han recorrido andando kilómetros por las montañas, han pasado por peligrosos puentes de cuerda, y, para que resultara inolvidable, cenaron en pleno campo a la luz de las velas. Durmieron en una tienda de campaña, bajo la luna llena. No me extrañaría que, con tanta aventura y romanticismo, a la vuelta al principado anunciara que esperan bebé. Pasas a la siguiente página y ves a la bella top rusa Natalia Vodinova –lo único que le salió bien a los soviets fue precisamente las rusas– con su novio, el joven heredero de Cristian Dior, Loewe, Vuiton y otras empresas del ramo, pasando unos días dedicados al amor y al golf, según titula la revista. Ya ven, todo el día metiendo pelotitas en los hoyos. Siguiente información, Cindy Crawford, junto a su marido, y a George Clooney y su nueva novia –por cierto, qué poco le duran a este galán las mujeres–, disfrutando en las playas mexicanas. Sigues adelante y ves que Pablo y Maria Chantal de Grecia, que están en Suiza esquiando. También esquiando pero en Aspen, Melanie y Antonio. Cayetano Rivera y Eva González, de compras en Nueva York. Shakira y Piqué tostándose al sol de Miami en la fabulosa mansión de la cantante. Rafael Nadal y su novia Francisca, en los emiratos Árabes…… Para qué seguir. Con este panorama cómo convence uno al personal de que los ricos también lloran.