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Prisión para dos de los detenidos por matar a un senegalés en el Bess (Barcelona)

El juzgado de instrucción 12 de Barcelona, en funciones de guardia, ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza para dos de los cuatro detenidos por matar a un senegalés en el barrio barcelonés del Besós.

 Se trata de Antonio F.P., por un delito de asesinato por inducción, y su hijo Antonio F.G., por uno de asesinato como autor material de los hechos. Salvador F.G. y Rafael F.G., los otros detenidos --también hijos de Antonio F.P.-- han quedado en libertad provisional por un delito de amenazas y lesiones, respectivamente.

A los dos se les han impuesto como medidas cautelares comparecer cada lunes ante el juzgado, la retirada del pasaporte, prohibición de salir de la ciudad de Barcelona y una orden de alejamiento de 500 metros de las personas que han declarado como testigos en el juzgado.

Según informa en un comunicado el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, las diligencias seguirán su trámite habitual en el juzgado 30 de Barcelona, que es el que estaba de aguardia el día de los hechos.

Muerto de un disparo
Los cuatro detenidos, miembros de una misma familia gitana, están implicados en la muerte de un senegalés que recibió un disparo en el pecho este martes.

Los detenidos, un padre de familia y sus tres hijos; uno de ellos, de 28 años, presunto autor material del disparo mortal, acumulan más de 60 detenciones por robos, tráfico de drogas y peleas.

Todo empezó el martes cuando un grupo de jóvenes senegaleses estaba jugando al fútbol en la calle y el padre les increpó, la pelea fue a más ya que empezaron a bajar familiares y amigos de ambos colectivos hasta que se convirtió en tumultuaria, resultando heridas leves varias personas de los dos bandos.

La víctima, de 32 años, estaba entre ellos desde un primer momento, aunque parece ser que el disparo no iba apuntando hacia él y no tenía un objetivo claro, a la espera de que los análisis periciales confirmen este extremo.

Después del homicidio, un centenar de senegaleses se concentraron en la zona para mostrar su rechazo y reclamar justicia, y finalmente la policía actuó para dispersarlos ante varios altercados.

Durante el miércoles se concentraron en la calle Palerm, donde ocurrió el crimen, decenas de compatriotas en repulsa por estos hechos, y por la tarde hubo una manifestación con más de un centenar de asistentes.

Precisamente este jueves, representantes de asociaciones de las comunidades gitana y senegalesa mostraron la unidad, negaron que haya problemas de convivencia entre ellos y llamaron a la calma para evitar nuevas tensiones entre ellos, además de asegurar que no fue un crimen racista.