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Baja la mortalidad viaria pero las motos aún son el punto negro

Las carreteras registran un 18 % menos de muertos en accidentes de tráfico

La Razón
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BARCELONA- La mortalidad en las carreteras catalanas descendió en 2011 un 18 por ciento respecto a 2010, y un 16 por ciento si se suman fallecidos y heridos graves, una tendencia positiva que no ha cambiado desde el año 2000. No obstante, el punto negro siguen siendo los motociclistas, cuyas muertes aumentaron de 36 a 45, un 25 por ciento más.
El conseller de Interior, Felip Puig, y el director del Servei Català de Trànsit (SCT), Joan Aregio, reconocieron ayer que las motocicletas siguen siendo la asignatura pendiente, y señalaron que analizarán este problema y seguirán con las campañas de concienciación. Cabe destacar que el número de accidentes de este tipo de vehículo bajó de 280 a 260, pero la mortalidad fue mayor. El número de accidentes de motos descendió un 7 por ciento, y en el global de fallecidos y heridos graves el descenso fue del 12 por ciento.Todos los motociclistas heridos o fallecidos llevaban el casco puesto.

Descenso continuo
Es el punto negro de una tónica más que positiva, con un descenso exacto del 18,7 por ciento de la mortalidad en accidentes de tráfico. La suma de muertos y heridos graves de 2011 fue de 1.070, 208 menos que en 2010. Las víctimas mortales en las carreteras fueron 200, por 246 en el año anterior. En 2000, los fallecidos en accidente de trafico fueron 622. Es decir, el pasado año hubo un 65% menos que hace once años.
Este continuo descenso fue muy bien valorado por Puig, que sin embargo alertó de que «no bajaremos la guardia». El conseller aseguró que estas cifras positivas «no son un éxito de la Generalitat, sino de la ciudadanía, y entre muchos otros motivos se deben a una mayor concienciación respecto al uso del cinturón de seguridad, los radares y al sistema de multas».
Puig subrayó que los ciudadanos «son cada vez más cívicos al volante, y todos estos datos lo demuestran», y como ejemplo señaló que en los casos de accidentes graves de coche, el uso del cinturón creció, de un año para otro, de un 77 a un 85 por ciento.»Aunque hubiera un muerto al año no estaríamos contentos», añadió.
Otro factor que quiso destacar Puig es el descenso de los accidentes y la mortalidad entre el segmento de los conductores menores de 35 años, tradicionalmente la franja de edad más conflictiva en lo referente a la siniestralidad viaria.
Las muertes en carretera de las personas de entre quince y 35 años bajaron un 28 por ciento, aunque aumentaron un 9,77 por ciento de los 36 a los 44 años. Por provincias, Barcelona fue la que tuvo un menor descenso de mortalidad, con un 9 por ciento, mientras que la que mejoró más fue Tarragona, con un 31 por ciento.
Respecto a los objetivos de futuro, Puig señaló que la previsión del Govern es un descenso del 5 por ciento de la mortalidad cada año, en consonancia con las directrices de la Unión Europea (UE), para conseguir una reducción del 50 por ciento hasta 2020.


La «zona 80», con cifras idénticas
El conseller de Interior Felip Puig, aseguró ayer que el descenso de muertes y heridos graves en la denominada «zona 80» es idéntico al del resto de la red de carreteras catalanas, es decir, un 18 por ciento menos que en el año 2010. Por su parte, el director del Servei Català de Trànsit (SCT), Joan Aregio, señaló que la normativa de la velocidad variable se aplicará en la carretera de acceso a Barcelona B–23 este mismo mes de enero. «Las pruebas que hemos realizado hasta ahora en esta vía han sido muy satisfactorias», indicó.