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Pekín

Ai wei wei: «No puedo hablar»

Con la misma arbitrariedad con la que lo detuvieron hace tres meses y medio, el artista y activista chino Ai Wei Wei fue liberado anoche en Pekín. Durante este tiempo ha permanecido en paradero desconocido, incomunicado y acusado de evasión de impuestos.

La imagen más buscada. Más delgado, con gesto cansado y la barba larga y descuidada, el artista compareció ante los medios. Apenas tuvo fuerza para saludar
La imagen más buscada. Más delgado, con gesto cansado y la barba larga y descuidada, el artista compareció ante los medios. Apenas tuvo fuerza para saludarlarazon

En medio de una clamorosa falta de transparencia, los cargos le fueron imputados a través de la prensa oficial y semanas después de que le colocasen las esposas. Ahora, según la misma prensa, queda en «libertad bajo fianza» por «buen comportamiento al confesar delitos», por la «enfermedad crónica que sufre» y por su disponibilidad «a pagar los impuestos que evadió». Aunque su liberación parece condicional, lo cierto es que ha vuelto a casa antes de lo que nadie esperaba. Se encargó de dar la noticia la agencia estatal Xinhua, la única de todo el mundo que no le dedicó ni una línea el día de su detención. Media hora después lo confirmaron sus amigos y familiares, con quienes se reunió ya de madrugada.

En una fugaz aparición pública, frente a su estudio, dejó ver un rostro demacrado, además de una barba descuidada y mucho más larga de lo habitual. Pasada la medianoche, fue contactado por periodistas extranjeros, a quienes aseguró que se encuentra «bien»pero pidió que no pregunten por su detención. «No puedo hablar. Por favor, entendedlo». Además de ser el artista chino más valorado en Occidente, se había convertido en uno de los sujetos más incómodos para el régimen. Sin las precauciones que adoptan otras voces críticas, pronunciaba acusaciones demoledoras frente todo aquel que las quisiera oír. Por si fuera poco, sus últimos montajes y proyectos hurgaban sinpudor en las heridas más sucias del régimen, enfocando a víctimas de desalojos forzosos, de corrupción y a represaliados que acudían a su estudio en busca de ayuda.

En los últimos tiempos, sus propios colaboradores le advertían de que podría acabar mal, a pesar de la fama de «intocable» que se había logrado crear. Su detención ha quedado enmarcada en lo que muchos consideran la peor ola de represión política vivida en China desde la matanza de Tiananmen. Los últimos meses se han documentado decenas de desapariciones de activistas que muchos relacionan con las revueltas democráticas de los países musulmanes, argumentando que Pekín lanzó una campaña preventiva para evitar algo similar.

Un «trend topic» censurado
Desde que la Policía lo sacó de circulación, su nombre se ha colado en las listas de los más buscados en Baidu (Google chino). En mayo se registraron más de 150.000 búsquedas semanales. Anoche su nombre fue censurado y sólo en el Twitter chino (Sina) se podía encontrar alguna referencia a la liberación utilizando juegos de palabras para evitar teclear su nombre.