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Esperanza blanca: Madrid-Barça no va más
El líder tiene la ocasión de dar unpuñetazo a la Liga. El Real Madrid parte como favorito ante un Barça que desafina lejos del Camp Nou. Benzema o Higuaín, dilema de «Mou»
Madrid- Un Real Madrid-Barcelona, ¿hay quien dé más? Después de los dos encuentros de Liga de la temporada anterior, y de las dos semifinales de la «Champions», y de la final de la Copa del Rey, y de los dos partidos de la Supercopa de España, alguien, posiblemente ajeno a la pasión que desborda este deporte, o más proclive al críquet, pudo pensar que por aquella indigestión los siguientes duelos entre estos rivales perderían interés. Craso error. El Bernabéu rebosará y las entradas en la reventa superan varias veces su valor –más de 1.000 euros por una localidad–. El madridismo quiere comprobar la realidad de su equipo, líder, y el barcelonismo, la fiabilidad del suyo, que nunca ha perdido con Guardiola en Chamartín.
Se han enfrentado tantas veces que no deberían guardar secretos el uno para el otro; menos aún después de siete confrontaciones consecutivas. Pues los hay. José Mourinho y Pep Guardiola ocultan bazas. El entrenador madridista insinuó con los relevos del Ámsterdam Arena que Benzema sería esta noche titular, en perjuicio de Higuaín; y con las ausencias, que la línea dura del equipo la integrarían Lass, Alonso y Khedira. Karanka, una vez más vocero porque «Mou» optó por callar en la víspera, quizá para caldear el ambiente, no lo desmintió. El barcelonista no da pistas sobre el planteamiento, a ratos parece que repetirá con tres defensas –Alves, Piqué o Mascherano y Abidal– y acto seguido sugiere que lo lógico sería que Valdés viera cuatro zagueros delante de él –todos los mencionados–.
El enigma del 3 rodea esta confrontación entre los dos mejores equipos del planeta. Pulverizan marcas con facilidad pasmosa: ganan, golean y gustan. Tres ges. Son implacables y con otros contrarios que no son ellos no disimulan las intenciones. Hoy tampoco deberían hacerlo, ambos quieren vencer, golear y machacar; pero se tienen respeto. Es lógico. Las heridas que abren estos compromisos tardan en cicatrizar. Es mucho lo que hay en juego, el Madrid casi sentenciaría el campeonato si venciera y el Barça aplazaría la decisión si obtuviera el triunfo.
La victoria y la derrota. El ganador acumulará toneladas de moral, pisará más firme, más fuerte, y el perdedor necesitará inyecciones de autoestima para afrontar el resto de la temporada. No es sólo la Liga lo que un día como hoy está en juego, porque, si todo discurre con normalidad, dado el potencial de ambos, tendrían que encontrarse de nuevo en la «Champions» y en la Copa. Es su sino, un destino que sólo el fútbol puede alterar. La lucha es abierta, fenomenal, y con tantos frentes... Es el ego de Mourinho, retador y lenguaraz, contra el de Guardiola, recatado hasta que el viento le azota en la cara. Entonces se transforma y le sale el gladiador que todo «futbolero» tiene dentro. Un tigre. Y ruge. «El puto amo», «somos de un pequeño país», «qué perspicacia la del árbitro, por unos centímetros», ¿recuerdan? El Barça había perdido la final de Copa –una derrota entre siete–, y Pep el talante, el «seny».
Más egos, el inabordable de Cristiano Ronaldo contra el disimulado de Messi, un duende que de cuando en cuando se rebrinca. Uno y otro reflejan, quizá, la personalidad de sus respectivos entrenadores. Uno y otro están rodeados de fabulosos futbolistas. Casillas, Ramos, Marcelo, Pepe, Alonso, Lass, Di María, Benzema... Valdés, Piqué, Alves, Iniesta, Xavi, Busquets, Cesc, Villa, Pedro... Estrellas universales y campeones del mundo, una constelación que empequeñece cualquier encuentro en el que no estén la mitad de ellos. La pregunta es, ¿quién ganará? El Madrid llega mejor, más confiado, afianzado en el liderato, seguro en casa, con la plantilla al completo y unas ansias de revancha imposibles de esconder. Acumula quince victorias consecutivas, una marca que anticipó con el desaparecido Miguel Muñoz, y en su campo es invencible, hasta ahora. El Madrid lleva el peso de la púrpura con orgullo, tiene 2.120 peñas repartidas por todo el mundo; el Barcelona, «sólo» 1.343. El Barça no funciona tan bien fuera como en casa; si no consigue meter la quinta velocidad, si no corre, padece. El Getafe mostró el camino con lo justo o menos. Sin frescura, su fútbol es predecible, sus movimientos lentos, su capacidad ofensiva se reduce considerablemente y el recurso final termina siendo Messi. Le cuesta marcar lejos del Camp Nou. Es un hecho.
Sucede, sin embargo, que cuando se enfrentan dos gigantes, dos clubes con presupuestos que están muy por encima de los 400 millones, con más ingresos que nadie –479, el Madrid; 450, el Bar-ça–; dos equipos capaces de comprar el jugador que se les antoja –en no mucho tiempo librarán de nuevo la batalla por Neymar–, el resultado es imprevisible. Las apuestas sonríen algo más al Madrid; pero no dan la espalda al Barcelona. Y a los dos les siguen millones de aficionados. Según diversos estudios, en España, un 32% de la población es madridista, casi quince millones, y seis millones, en torno al 8%, simpatizantes azulgrana.
La imagen del Madrid, el mejor club del siglo XX, ganaba en lo universal por goleada; las distancias se redujeron, no obstante, cuando Guardiola se hizo cargo del equipo y el fútbol del Barça trascendió a todos los rincones del mundo. La belleza enamora, he ahí la Selección; pero el que aprieta ahora es Mourinho.
LAS APUESTAS
VICTORIA DEL MADRID
2,25EUROSpor cada euro apostado. Por primera vez en los últimos años, el Madrid es favorito.
EMPATE
3,30EUROSpor cada euro. La apuesta más cara, pese a que han empatado en tres ocasiones.
VICTORIA DEL BARÇA
2,63EUROSpor euro. La confianza en el Barça ha bajado por sus cifras como visitante este año.
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