Cataluña

Corbacho

La Razón
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Suena al líder ruso pero no es más que un rastacueros de la municipalidad socialista de Cataluña. Con un 20% de la población activa en el paro y 5.000.000 viéndolas venir (contando con el maquillaje estadístico que el propio ministro de Trabajo nos propina) nuestro amigo Corbacho lo único que puede hacer son dos cosas: cortarse las venas en la bañera para no ensuciar o, la más lógica, dimitir. Prefiere el perillán contarnos que nunca en la historia tantos españoles han sido tan asistidos, que es tanto como decir que nunca tanto ciudadanos afectados por la peste han sido tan bien asistidos por determinadas enfermeras. Éste descarado, que se marcha a Bucarest intentando repatriar a la extensa comunidad de inmigrantes rumanos, ni ha leído «La peste» de Albert Camus, donde se demuestra que el hombre nace, sufre y muere, y que no hay peor dolor que el sufrimiento de los demás. Pero este charnego es un analfabeto social elevado a la categoría de ministro de la nada. Todos tenemos quinielas sobre cuál de los ministerios, de los 17, desaparecerán, algunos cuya sola denominación te produce risa, pero el primero que está demás es el «Ministerio del paro y la inmigración», que es lo más parecido al coño de la Bernarda. Es metafísicamente imposible tomarse a este caballero en serio. No se sabe qué está haciendo en Madrid. Si no se atreve con la solución «del baño» ni con su dimisión le presto la pistola de Mariano José de Larra. Todo antes que la pérdida de la honra.