Otra tipo de humor por Víctor Fernández

A las redacciones llegan muchos libros, creo que demasiados. En esta gran competición editorial hay pocas veces, si el interesado no lo ha pedido, que se acaba uno enganchando con un libro con la típica nota de promoción. Hay excepciones y es una alegría que existan de vez en cuando.
La última de ellas se llama «Estas cosas pasan», una novela escrita por Ana Manrique Sala. Un libro en el que la autora da las gracias a una serie de bares por haber escrito parte de la obra en sus mesas, creo que merece una oportunidad. Y sí que la merece.

«Estas cosas pasan» lleva al lector hasta un pueblo de nombre bucólico llamado Nenúfares al que llega el nada bucólico doctor Musgo, un jeta, un paladín de la cara dura. Cuando la jubilación llama a sus puertas, Musgo decide buscarse unas vacaciones pagadas en un pueblo gracias a una supuesta intención ecológica y científica. Los lugareños aceptan en un primer momento la llegada del peculiar personaje, pero empiezan a olerse el truco.

No explico más. Vale la pena leerlo porque la autora desborda humor, esa miaja de ironía que parece deudora de esa escuela que uno admira, la de Berlanga, Azcona... El problema de estas teorías es que luego uno se equivoca y no sé si la autora del libro compartirá mi criterio. Lo que sí es seguro es que tenemos una nueva manera de hacer humor o, mejor dicho, puede que se trate de la manera de siempre, la que hace tiempo que desapareció de los libros.

En todo caso, para despejar dudas, vale la pena acercarse a las páginas de «Estas cosas pasan». Su estupenda lectura, como mínimo, asegura el buen rato, lo que ya es mucho.