El horno no está para bollos

Para los sindicatos cualquier excusa vale cuando se trata de sacar adelante sus objetivos. Si no, que me expliquen los trabajadores del Metro de Valencia la convocatoria para que los usuarios se sumen a la huelga que han convocada desde hoy. Apelan a que es a nosotros a los que nos conviene esa adhesión «porque, con sus demandas, están defendiendo nuestra seguridad», cuando en realidad tratan de montar el mayor altercado posible y presionar para que la empresa acepte el convenio colectivo.
Si realmente quieren favorecer a los ciudadanos, la actitud más pertinente es dotarles de la mayor comodidad, no distorsionando el tráfico precisamente cuando más necesitan de ese transporte colectivo. La huelga es el último recurso, especialmente en las circunstancias actuales.
La plantilla del Metro debería reflexionar sobre su conducta, no vaya a ser que salgan con la imagen deteriorada como ha sucedido con los sindicatos el pasado día 29 o con sus compañeros de Madrid cuando le montaron la huelga salvaje a Esperanza Aguirre. Antes de llegar a esa decisión, existen otras formas más razonables de presión, que «el horno no está para bollos».
Así es la vida.