América

América

«Piensa por primera vez sólo en ti»: carta de María SAN GIL

La Razón
La RazónLa Razón

Me aparté de la escena pública y quiero seguir alejada de ella. Soy muy feliz, estoy disfrutando de mi hijos, de mi marido y de mí. Pero ante una noticia como ésta me siento en la obligación de romper mi silencio porque nunca hay que dejar de estar en lo realmente importante. Esperanza, cuando hablé contigo, te he visto fuerte, animada y optimista. Y así es como siempre tienes que estar, esto es sólo una piedra más en el camino que sin ninguna duda vas a sortear, como tantas otras a las que te has enfrentado en la vida. Yo también me encontré con esa piedra y aquí me tienes, feliz; fueron momentos duros, te lo reconozco, pero para nada me han marcado mi vida. En un día como éste me siento en la obligación de insistir en el mensaje que tú, con esa fortaleza que una vez más has demostrado, subrayaste en ese delicado momento de dar a conocer tu enfermedad. El cáncer se cura, ya no es una palabra tabú, ha habido enormes avances y lo que hace tiempo era sinónimo de muerte hoy ya no lo es. Pido por favor a todos que lo tengáis en cuenta, especialmente a vosotras: basta con someterse a las revisiones médicas prescritas, no hay que tener miedo de ellas porque son garantía de vida. Una de cada diez mujeres, según dicen los médicos, tendrá cáncer de mama y si es pillado a tiempo, si está localizado, hay muchas más posibilidades de que el pronóstico sea bueno, como es tu caso, y de que no haya que lamentar un resultado dramático. En un día como hoy me siento también en la obligación de recordar lo que me dijo mi oncólogo: «Céntrate en ti». Esperanza, por primera vez tienes que pensar sólo en ti porque así serás mucho más fuerte para saltar la piedra. Tú tienes que ser la que marques tus plazos, pensando sólo en tu salud. No tengo ninguna duda de que estarás muy pronto de nuevo en plena forma, dando ejemplo de coraje, de valentía y de amor a la política y al trabajo.

 

María San Gil