Estados Unidos
Cuál es el PRI que vuelve
¿Puede México consolidar su joven democracia con el PRI de nuevo en el poder? Este es el fantasma que ha agitado en las últimas semanas no sólo los detractores del candidato priísta Enrique Peña Nieto, sino también muchos analistas políticos alejados de las refriegas partidistas.
Las elecciones del próximo domingo están marcadas por la posibilidad de que la formación que dirigió los destinos del país durante setenta años vuelva a gobernar. Como telón de fondo está el recuerdo de los peores vicios del Partido Revolucionario Institucional, la corrupción y el autoritarismo, una mezcla que el premio Nobel Mario Vargas Llosa definió como la "dictadura perfecta". Peña Nieto ha insistido en su campaña -y lo repitió esta semana en una entrevista con LA RAZÓN- en que el PRI ha aprendido de sus errores y reconoce los abusos cometidos en el pasado.
Tras dos legislaturas en la oposición, con dos presidentes del derechista Partido de Acción Nacional (PAN), el PRI presenta un candidato que en algunos aspectos rompe con la imagen del viejo partido. El escenario que se cierne ante un gobierno del PRI parece una incógnita difícil de despejar a tenor de las respuestas que dan los expertos consultados.
Gemi González, representante de la campaña de Enrique Peña Nieto en Europa, aseguró a LA RAZÓN la semana pasada que el PRI ha cambiado y que también lo ha hecho el país: "Hace veinte años, el dominio del PRI era abrumador en todo el país. Ahora gobierna en 20 de los 32 estados mexicanos. Además, en el Congreso no tiene mayoría absoluta. Y si la tiene ahora es por el apoyo de los Verdes. Los otros partidos políticos tienen una enorme representación política en las dos cámaras. No es posible volver atrás". A su juicio, el PRI "es un partido de centro izquierda, pero una izquierda moderada"que va a llevar a cabo "un cambio responsable".
René Torres, coordinador de Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Iberoamericana de México, considera que el PRI "no está plenamente comprometido con la democracia y las libertades, no le gusta ser interpelado ni señalado por la población". Tampoco se fía de su eficacia en la gestión: "Los gobiernos priístas han demostrado poca sensibilidad en el manejo de la política económica. En los estados que administra el nivel de endeudamiento es muy alto".
En lo tocante a su flamante candidato, Peña Nieto, cabe recordar que tiene experiencia como gobernador en el estado de México entre 2005-2011. Roy Campos, director de la encuestadora mexicana Consulta Mitosfky, señala que en el PRI hay "actores nuevos que vienen de los estados que gobiernan y no de la burocracia central".
Todos los últimos presidentes de ese partido (Echeverría, López Portillo, De La Madrid, Salinas y Zedillo) salieron de la burocracia sin haber gobernado previamente estados. Peña Nieto, además de ex gobernador, ha recibido el apoyo de los 20 gobiernos estatales dominados por este partido. Para Campos, esta hornada de políticos priístas, "además de ser más jóvenes, son incluyentes y con experiencia en campañas y en gobiernos". A su juicio, "el relevo en el partido se produjo del traslado del poder central al poder regional"
"La dictadura perfecta"
El periodista León Krauze discrepa. Cree que los gobiernos estatales priistas "son, en muchos casos, discípulos de aquel PRI que hizo del ejercicio de la "dictadura perfecta"un arte". ¿Se puede decir lo mismo de la figura específica de Enrique Peña Nieto? "No lo sé", responde. "Su agenda de gobierno, expuesta en su libro de campaña, es mucho más progresista que lo que hasta ahora conocíamos del PRI. ¿Gobernará así? Difícil saberlo. Pero de ahí el miedo justificado de muchos mexicanos".
El analista político Sabino Bastidas valora un cambio de talante en el PRI desde el momento en que supo reconocer la derrota en 2000 ante Vicente Fox. Dice que con anterioridad a esa fecha, el partido "ya había contribuido al proceso de democratización de la política mexicana". Peña Nieto, añade Bastidas, "tiene un equipo muy reformador, quizá con ideas muy liberales". Y frente a los que dicen que este candidato es un producto de la televisión, indica que "sucede lo mismo que con cualquier político en otro país". La vuelta del PRI, termina, pone a "México en condiciones de dar un gran salto".
La probable victoria del Partido Revolucionario se debe a los fracasos de la derecha en el Gobierno y de la izquierda en la oposición, añade. En este contexto, el escritor René Avilés dice que el electorado "se inclinará no por el menos malo de los candidatos, sino por aquel que le gusta, que le es afín. Y en tal sentido, Peña Nieto produce mejor imagen, aunque todavía le falta aprender más y poner distancia con el viejo PRI".
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