Crisis política en Italia

El renacer del islam

La Razón
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El sistema establecido para estas elecciones es de una complejidad que el votante medio no entiende y además están fraccionadas en el tiempo. Las del lunes 26, para la Cámara Baja que redactará la Constitución, no han sido más que la primera etapa de tres, que llegarán hasta marzo. El ámbito territorial ha sido esencialmente urbano. La agradable sorpresa es que contra todo temor, por la gran tensión de la semana precedente, con 41 muertos y más de 2.000 heridos, el acto se ha realizado pacífica y ordenadamente, en un país donde una buena dosis de caos no tiene nada de ajena.
La otra sorpresa, susto para quienes miramos desde más al oeste, es que islámicos e islamistas han conseguido todavía más votos que los que se preveían. Se hablaba de 30 por ciento para los Hermanos Musulmanes, bajo la recién creada etiqueta política de Partido de la Libertad y Justicia, y se han llevado el 40 por ciento. Y subiendo, porque las otras dos etapas conciernen a áreas mucho menos urbanas que pueden serles aún más favorables.
El 40 por ciento parece ser un número mágico en la floración electoral que la Primavera Árabe está comenzando a producir. Con esa cifra la tunecina Enahda (renacimiento o reinstauración del islam) se hizo con el gobierno y lo mismo ha sucedido con el equivalente partido marroquí de Justicia y Desarrollo.
Sin embargo, el caso egipcio probablemente se parecerá más al libio, donde se esperan amplias mayorías absolutas islámicas, como de hecho ha sucedido en el país del Nilo, pues a los votos de los Hermanos hay que sumarles los de los partidos salafistas, más rigurosos en cuanto a religión, pero que bajo el régimen militar habían sido básicamente apolíticos. Se calculaba que entre el 7 y el 15 por ciento y han obtenido esta vez el 20 por ciento. Más sorpresas son de esperar.