España

El Halloween español

El Molar celebra la centenaria Procesión de las Ánimas para reivindicar las tradiciones. Es imprescindible acudir vestido de negro y no se permiten disfraces de bruja o de monstruos.

Más de mil personas participaron ayer en la Procesión de las Ánimas
Más de mil personas participaron ayer en la Procesión de las Ánimaslarazon

El día de Todos los Santos en España, y en otros muchos lugares del mundo, se celebra la tradición de honrar y traer a nuestra memoria a las personas que han muerto. El municipio madrileño de El Molar acogió ayer la tradicional Procesión de las Ánimas, fiesta centenaria que se celebra la víspera Día de Todos los Santos y persigue recuperar costumbres de toda la vida frente a la invasión de la tradición anglosajona de Halloween.

«Son premisas indispensables acudir a la procesión vestidos de negro y la cara blanca, y esperar a que anochezca para iniciar el recorrido», explicó Juan Miguel Garrido, coordinador de la Protección Civil del Molar. La marcha se inició en la Plaza Mayor del Molar y terminó en las bodegas, en la zona del monte del municipio de la sierra madrileña.

Durante media hora, más de 1.300 personas recorrieron las calles más recónditas portando velas y en riguroso silencio.A mitad de la procesión, se hace una parada. La muerte habló: «Silencio, escuchad la palabra de vuestro amo y señor, la muerte», se llama así a las ánimas para guiarlas a un mundo mejor.

Tradición católica
«Esta es una tradición católica de toda la vida que consiste en llevar a las ánimas al purgatorio para llevarlas al cielo. Se dejó de hacer dos años por el boom de Halloween, pero estamos recuperando la tradición», añade Jose Ignacio López, coordinador de actividades culturales de El Molar.

«Respetamos la fiesta de Halloween pero pedimos que los participantes no acudan a la procesión disfrazados de monstruos, brujas u otros disfraces», añadió Jose Ignacio. Tres paradas tienen lugar a lo largo del recorrido, donde la muerte invoca a las almas para anunciarlas la llegada al final del recorrido, donde decenas de personas esperan la llegada de las almas, y lo celebran con chocolate caliente y el dulce típico de estas fechas: los puches.