Buenos Aires

Trueque en Honduras: Zelaya regresa y el país vuelve a la OEA

Como moneda de trueque, a cambio del reconocimiento de la Organización de Estados Americanos (OEA), el ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya, regresó ayer a su país, que sigue tan dividido como lo dejó el 28 de junio de 2009

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En lo político, se desconoce el futuro de Zelaya, quien después de haber llegado al poder al frente del conservador Partido Liberal, de haber mantenido una relación estrecha con el Gobierno de Estados Unidos y de haberse convertido e en aliado del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ahora se define como un «liberal pro-socialista en resistencia».

Queda claro que Zelaya vuelve revalorizado políticamente, y con anhelos de convertir al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) en un partido. De hecho, el gran triunfador de esta epopeya sería el FNRP, surgido tras el derrocamiento del ex presidente para exigir desde entonces su retorno y la convocatoria de una Asamblea Constituyente.

Además, para el Gobierno que preside Porfirio Lobo, la vuelta de Zelaya también representa un triunfo, porque despeja el camino para el virtual regreso de Honduras a la OEA, que suspendió al país el 4 de julio de 2009.

En lo interno, la presencia de Zelaya en Honduras implicará una alta responsabilidad para Lobo en lo que respecta a la seguridad personal del ex mandatario y su familia, que el jefe de Estado hondureño se comprometió a garantizar en el acuerdo que ambos firmaron el domingo pasado en Colombia.

Zelaya y varios de sus ex ministros arribaron a Tegucigalpa procedentes de Nicaragua tras abandonar Santo Domingo (República Dominicana), su jaula dorada durante menos de dos años. En el aeropuerto de Toncontín, al sur de la capital hondureña, lo esperaban cientos de seguidores vestidos con camisas rojas y figuras del ex mandatario para gritar consignas como: «Fuera los golpistas», «Ahora vamos por la Constituyente» y «Bienvenido Mel».

Durante su exilio forzado, el líder centroamericano disfrutó de la buena vida gracias al empleo otorgado por Hugo Chávez, al frente de Petrocaribe, y un segundo sueldo como diputado en el Parlamento de Centroamérica.

Pero sus dos años fuera de Honduras no aplacaron las ansias de poder de Zelaya. Algunos dirigentes «zelayistas» auguran que si el ex mandatario no se lanza a la carrera presidencial, podría hacerlo su esposa, Xiomara Castro, de 51 años, quien tuvo cierto protagonismo después de su derrocamiento y luego marchó junto con él al exilio.

«Ella (Castro) se ha ganado ese derecho en las calles desde el golpe de Estado, tiene un liderazgo», declaró a LA RAZÓN el subcoordinador del FNRP, Juan Barahona.