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Sabotaje en Vallecas

El Rayo Vallecano-Real Madrid, encuentro correspondiente a la quinta jornada de la Liga BBVA y que debería haber comenzado este domingo a las 21:30 horas, se ha suspendido por falta de luz, por un suceso que el presidente del conjunto rayista, Rubén Martín Presa, ha calificado de "sabotaje". A falta de confirmación oficial, el encuentro se jugará mañana a las 17.00 horas.

Técnicos tratan de arreglar los daños causados por el sabotaje
Técnicos tratan de arreglar los daños causados por el sabotajelarazon

MADRID- El Rayo-Real Madrid fue suspendido anoche porque en el estadio de Vallecas no había luz suficiente para que los jugadores pudieran desenvolverse con normalidad. La causa del «apagón» fue un sabotaje en una de las torretas de la luz del estadio. Los dos equipos tomaron la decisión, con el visto bueno de la Federación y la Liga, de que el partido, si no hay alguna causa que lo impida, se celebre hoy. Tras manejar varias horas, el encuentro se disputará a las 19:45 y el otro partido que se disputa hoy, Deportivo-Sevilla, se celebrará a las 21:30. El Real Madrid apostó en un principio por las 17:00 horas para evitar que los problemas se repitieran, pero la propuesta fue desestimada.

La angustia y la incertidumbre fueron las notas predominantes en el estadio de Vallecas cuando los operarios del Rayo se dieron cuenta de que en una de las torretas de la luz de un lateral, el que da a la Avenida de la Albufera, los cables habían sido cortados.

Con los equipos en los vestuarios y con los dirigentes en el césped, acompañados por el trío arbitral, que encabezaba el andaluz Fernández Borbalán, se esperó pacientemente a que la avería fuera reparada. Mientras, en la calle, con las puertas cerradas, esperaban los aficionados que se habían dado cita en Vallecas para presenciar el choque. La gente se impacientó al comprobar que las puertas no se abrían y llegaban las 21:30, hora prevista del comienzo del choque.

En medio de la confusión, el presidente del Rayo Vallecano, Raúl Martín Presa, afirmó que los problemas eléctricos que impidieron el comienzo del partido se debían a un «sabotaje». «Los cables de electricidad de uno de los laterales del estadio han sido cortados y los cables no se cortan solos. No sospecho de nadie en concreto», aseguró disgustado el dirigente rayista.

Lo decía Martín Presa cuando todavía no se había tomado la decisión final de suspender el partido. Luego habló de «acto vandálico» y de que «no se pudo celebrar una fiesta como la que estaba preparada». Insistió en que se hizo «un gran daño a los aficionados que se habían desplazado a ver a su equipo». Y explicó que el árbitro fue el que tomó la decisión de suspender el encuentro, ya que según él no había la suficiente visibilidad para que el choque se desarrollase con normalidad. Martín Presa no quiso buscar culpables. El coordinador de seguridad del Rayo, Luis Yáñez, no quiso valorar si había habido un sabotaje, se limitó a comentar lo que estaba ocuriendo y hasta las 22:18 no anunció por megafonía, para que lo escuchasen los aficionados que se encontraban en la calle, que el partido se suspendía.

Al entrenador del Rayo, Paco Jémez, no le gusta el horario de las cinco y así lo hizo público. «Me niego porque muchos de nuestros aficionados no podrán venir», explicó el técnico mientras la hora todavía no era la definitiva. Desde el Madrid se informó a Florentino Pérez, en Zaragoza con el equipo de baloncesto, de lo que estaba ocurriendo en Vallecas, mientras Mourinho ordenó un entrenamiento a media luz.

Ante la situación, Cristina Cifuentes, la delegada del Gobierno, aseguró que se había intentado hacer todo los posible para el partido se disputara. «Ahora intervendrá un notario para levantar acta de todo lo sucedido», agregó Cifuentes mientras los jugadores del Real Madrid seguían con su particular entrenamiento.