Huelgas
La bula
Hay cortes de manga en forma de decisiones judiciales que nos sumen primero en el estupor. Todavía hace daño a los tímpanos la voz de Vicente Rodríguez que, víctima del ardor sindical, exclamó «vamos a reventar Madrid» durante la huelga de metro del pasado verano que provocó que los madrileños hicieran senderismo urbano sin quererlo. Según la Fiscalía de Madrid esta frase más propia de Daoiz y Velarde no constituye un delito. Se queda en lo que no fue: una expresión aséptica a pesar de lo tóxica que fue la huelga, que aún me recuerdo como una náufraga en andén sin vagón que me rescatase. Sorprende la clemencia de la Fiscalía, más aún si se tiene en cuenta que es la misma que ha abierto diligencias contra los controladores aéreos por un posible delito de sedición. No es una situación comparable, abundan los matices, pero escama la clemencia con la que se trata a unos huelguistas y lo implacable que se actúa con otros. Quizá es que ese «reventar Madrid» le iba a explotar a Esperanza Aguirre en la cara y el colapso aéreo le dio en la línea de flotación a un tocado Zapatero y, entre un daño y otro... No hay color, o sí y de ahí la causa-efecto.
✕
Accede a tu cuenta para comentar