Fotografía
Anatomía en construcción por Jorge Berlanga
Al final tenía que ocurrir: la modelo Irina Shayk es ya más famosa que su famoso novio, Cristiano Ronaldo, según las últimas estadísticas. Lo que dado el ego superlativo del portentoso pelotero no sabemos cómo habrá caído en los espejos de las decenas de baños del chalet que comparten en ocasiones. «Irina es más bella y deseadaaa…». Murmuran los cristales, y por lo pronto en consecuencia el futbolista se ha lesionado para 3 semanas y se ha planchado la gomina del tupé.
Lo cierto es que pocas veces nos podemos encontrar una pareja de tan extrema apariencia carnal que a la vez sugiera una forma tan tremenda de creación artificial. Como diría Truman Capote, la carne de los pobres da para mucho, con todo su potencial en bruto. Incluida la fabricación de mitos con dotes de resultar inimitables. Y ahí tenemos al chico salido del extrarradio desmoronado elevándose a una dimensión celestial de forma particular punteando un balón, como la muchacha de aldea casi analfabeta divinizándose hasta dimensiones de casi inconcebible voltaje cosmopolita. Esa gloriosa amalgama de huesos, musculatura y piel insolente los impulsa a una lejanía frente a la humanidad simple y mortal que por lo pronto nos impulsa a preguntarnos si su vida en pareja tiene algún futuro. Nos imaginamos sus encuentros carnales como un choque de trenes en el que les pueden saltar volando las piezas que luego hay que reconstruir. Son un poco seres de una Legolandia exquisita en los que por ahora no cabe el deterioro. Lo malo es cuando la belleza cansa y llega la extenuante búsqueda de la perfección que todo lo devora. Y por ahora Irina se lo come todo. Es su momento. A unos millones de kilómetros luz de las nuevas reinas del cotarro, las Princesas de barrio, hermosa hasta el insulto.
Pero para construcción, construcción, para celebrar los 150 de la nación italiana, ¡qué mejor que escoger a Sofia Loren para representarla! ¡Eso sí que es un ser aglutinador de emociones, un sueño materializado, una creación de bandera! Ella dice que todo lo que se ve es gracias a los spaghetti y lo que no, a un corazón de categoría singular que ha sabido unir el compás de un pueblo, por no hablar de todo un mundo de aficionados al cine. Los suyo va más allá de ser un símbolo para ser piedra de origen de emociones y sentimientos. Toda una razón de la existencia encarnada en gran mujer. Eso es lo que diferencia, al fin y al cabo, las realidades eternas de las anatomías organizadas como flor de un día, que sufren la soledad de la modelo ante el objetivo cuando se acaba la sesión fotográfica.
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