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El lujo con renombre
El Dry Cosmopolitan Bar ofrece cada día a los rostros más conocidos de la política y el deporte los cócteles más exclusivos de la ciudadPARA NO PERDERSEDónde: Hotel Gran Meliá Fénix. Plaza de Colón. Calle Hermosilla, 2.Horario: L-J, de 12:30 a 2:30h. V-S, de 12:30 a 3:00 horas.Precios: cócteles, entre 12 y 14 euros aproximadamente.
El lujo del hotel Gran Meliá Fénix, en la Plaza de Colón, no termina en sus sofisticadas instalaciones. En el mismo hotel, el Dry Cosmopolitan Bar se ha convertido en uno de los locales más famosos en todo Madrid. Las personalidades que más lo frecuentan son de lo más conocido en el ámbito de la política y el deporte. Además, el 80% de la clientela suele ser americana. No sería nada extraño estar tomando uno de los mejores cócteles y que, de pronto, apareciera Roberto Carlos, ex jugador del Real Madrid, o el cómico Pablo Motos. Aunque no son los únicos personajes relevantes que se acercan a este lujoso local. La actriz Leonor Watling, el actor Miguel Ángel Silvestre o la periodista Sara Carbonero también han acudido alguna vez al Dry by Javier de las Muelas Cosmopolitan Bar, que es el nombre completo del local.
El prestigioso empresario y barman Javier de las Muelas abrió este local en 2009 bajo la misma filosofía que el Dry Martini Cosmopolitan Bar, ubicado en Barcelona y bajo las directrices, también, del empresario. Dividido en espacios, el local madrileño ofrece una amplia variedad de tés en la zona de Coffee Corner, mientras que el Bar, con una barra de 10 metros, está más orientado a la tarde-noche. Son famosos sus cócteles como el «Sharon Stone», que rondan los 12 o 14 euros y que hacen las delicias de personajes como Loquillo, que lo reconocía días atrás. Por su parte, el diseño del local, repleto de espejos y con materiales como el cuero, la madera o el acero inoxidable, rompe con las coctelerías clásicas de siempre. Por otro lado, los cuadros de grandes dimensiones son protagonistas en la estética del Dry Cosmopolitan Bar. El pintor Jorge Diezma estuvo más de ocho meses trabajando en el cuadro más impresionante: un bodegón clásico de nueve metros de largo. Por su parte, la música «chill out» es la que predomina, recreando un ambiente ideal para tomar una copa en medio de tanto lujo.
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