Ana Manrique: «He sido negra pero nunca diré de quién»

– «Estas cosas pasan». Una novela delirante. ¿Efecto de la crisis o de lo que toma por las mañanas?
–De mi naturaleza enferma. Tengo carné de loca.

–¿Es como el de conducir, que te van quitando puntos?
–Te quitan y te suman. Temo que esta entrevista va a costarme puntos.

–Su libro trata de una pareja de jubilados que no se soportan después de 40 años de matrimonio...
–Es lo que pasa casi siempre. A mí no me sucedería porque no tengo marido al que odiar. Odio a todo el mundo. Esto me cuesta 5 puntos.

–Vitriola, la esposa, se dedica a envenenar las plantas de su marido. ¿Usted haría algo así?
–Yo creo que le pegaría. Otros 5 puntos menos...

–Después de 40 años de matrimonio. ¿Qué une y qué separa?
–Une el hábito, el cariño. Separa ver el tiempo lamentablemente perdido.

–Cuando sólo queda la costumbre de vivir juntos, ¿qué se debe hacer?
–Separarse. Aquí gano 5 puntos.

–De acuerdo. Pero divorciarse a los 70 dicen que cuesta mucho...
–Claro. Hay que ser muy valiente o estar desesperado. Lo más habitual es la resignación.

– «Estas cosas pasan». ¿Qué le inquieta más de lo que pasa?
–La locura colectiva que se contempla.

–Ha trabajado como traductora. ¿Traducir es traicionar?
–Lo es. Yo he sido un poco traidora.

–También ha sido «negra». ¿Me puede decir de quién?
–Nunca diré de quién.

–Confiéseme al menos si le pagaban bien...
–No, muy mal. Las editoriales son muy rácanas con los «negros».

–O sea, que ha trabajado como una «negra» para nada...
–Es el mejor resumen que nadie ha hecho de mi vida. Gracias.

–Dice Nuria Amat: «Nosotras tenemos algo de lo que ellos carecen: conciencia moral». ¿Lo cree así?
–No. Sencillamente, ellos son más prácticos.

–Cuando Simone de Beauvoir se enamoró del escritor Nelson Algren, le comentó que estaba dispuesta a fregar y cocinar para él siempre...
–Qué vergüenza, me decepciona completamente.

–Creo que le debemos quitar 10 puntos. A Simone, claro.