Amor en la sala de operaciones

El rotundo éxito de «Urgencias» impulsó una tendencia de ida y vuelta en la historia de la televisión: las series centradas en médicos y hospitales. Una de sus herederas, y que mayor respaldo tiene por parte de la audiencia, dado que ya está en emisión su octava temporada, es «Anatomía de Grey». La serie combina con acierto los casos médicos, casi siempre un pelín chocantes y atípicos, con la vida sentimental y emocional de los protagonistas. Ambientada en el hospital Seattle Grace, la protagonista es Meredith Grey, una dulce doctora que se enamora de un cirujano, Christopher Sheperd, interpretado por Patrick Dempsey, un actor que transitaba por Hollywood sin pena ni gloria, y que ahora, gracias a «Anatomía de Grey» se ha convertido en uno de los intérpretes más populares, con regreso a la gran pantalla incluido.

El secreto del éxito de «Anatomía de Grey» radica principalmente en los enredos amorosos que se suceden en cada episodio. La relación tormentosa entre Mederith y Sheperd –con múltiples encuentros y desencuentros– mantiene a los telespectadores tan enganchados como los protagonistas están el uno de la otra y a la inversa. El título del capítulo de hoy es una declaración de intenciones: «Amor, adicción» y el monólogo que introduce la trama es el «modus operandi» de los protagonistas: «Dicen que no superas tu adicción hasta que tocas fondo pero, ¿cómo sabes que lo has tocado? Porque por mucho que algo te duela, a veces dejarlo duele aún más...». Sólo queda verla y disfrutar.