Estación Espacial Internacional

El GH marciano

La Razón
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Nos pongamos como nos pongamos y aunque en esta ocasión sea con una finalidad distinta a la de ver cómo se comporta el ser humano en cautividad, los representantes del Mars500 vuelven de un «Gran Hermano» a lo bestia. Me gustaría saber qué hubiera pasado si el seguimiento de los seis tripulantes de la nave espacial que simulaba un viaje a Marte lo hubiésemos hecho a través de la televisión. Porque los científicos que han puesto a prueba a los astronautas (tres rusos, uno italiano, otro francés y un chino) no se han conformado con mantenerlos aislados, sino que, además, los han sometido a diversas pruebas de convivencia con simulación de averías, emergencias y todo tipo de contingencias inesperadas para evaluar su reacción. Vamos, igualito todo que en «Gran Hermano», sólo que sin una chica –por cierto ¿por qué no había ninguna mujer?– ,que alterase la testosterona masculina.

Así las cosas, y teniendo en cuenta que, pese a las similitudes, dicen que un viaje a Marte requeriría una entereza psicológica mayor, yo propondría que en vez de elegir a estos especímenes internacionales para viajar a Marte, ofreciéramos que se fuera alguno de los «Grandes Hermanos» nacionales, que vivieron una experiencia parecida pero infinitamente más dura. Ellos, además de soportar el encierro y la soledad acompañada, tenían que sobreactuar y mostrar al mundo sus peores miserias si querían optar al premio. Si además les ponemos de «entrenadora» a Mercedes Milá, y a ella la ataviamos de marciana para crear ambiente, el éxito de la misión está asegurado.