Poesía iluminada por Guillermo Garabito

Por Ávila pasaron, no hace demasiado tiempo, estas líneas. Seguían el largo surco de una Santa que además era poetisa y que hoy, ha de acompañarnos nuevamente.
En su recorrer por esta región, ha hecho un alto en el camino en la ciudad del Conde Ansúrez para distinguir a otro vate. A un poeta amante del jazz, a un escritor que además es periodista y director de periódico. Y es que el Ayuntamiento de Ávila, ha honrado a Carlos Aganzo con el Premio de las Letras Teresa de Ávila. Un reconocimiento a su trayectoria como escritor; que cuenta ya con un largo trecho.
Carlos, es una de esas personas que no dejan indiferente. Pueden ser sus vastos conocimientos en lo que a cultura se refieren, o quizá, simplemente esa personalidad enamorada de la buena conversación. De ambientes tranquilos, donde encuentran lugar agradables tertulias amicales. Esas circunstancias concurrían este verano en La Casa Grande de La Mudarra, para descubrir, al igual que en sus versos, sus opiniones y comentarios llevan la cadencia exacta de quien verdaderamente se preocupa por los demás. Por el mundo heredado, mejorándolo antes de legárselo a los siguientes. Como poeta, no son pocos los reconocimientos que le señalan. Como persona, se destaca por ese énfasis incansable de acercar la cultura a toda la comunidad. Una dedicación suya, que contribuye al desarrollo de esta sociedad, donde en los tiempos que vivimos, la cultura en muchas ocasiones parece una partida prescindible. Es, por todo ello, además de por la concesión de este nuevo premio, que estas líneas son felicitación por esta indispensable labor.
¡Enhorabuena, poeta!