Ministerio de Justicia
La justicia de Juana
Cuando la justicia se encuentra en la calle y no en los juzgados es que algo no funciona y, desde luego, alguien sobra. Si una persona debe estar 21 años en estado de coma, postrada en una cama, con la única compañía de su madre Juana y de su familia, en plena calle, soportando las inclemencias meteorológicas, las miradas de todos y la indiferencia judicial, para suplicar que se haga justicia, no sé para qué tenemos un Poder Judicial tan nutridito y poco efectivo. Es el caso de Antonio Meño, el joven que entró en un quirófano y salió en estado de coma por una negligencia por parte de los médicos. Y también, cómo obviarlo, por un despropósito judicial, inmerso en una grotesca guerra entre distintos tribunales que, con las mismas leyes en la mano, interpretan la Justicia a capricho. Los diferentes y volubles criterios de los jueces convirtieron una primera indemnización a la familia Meño en una deuda de 400.000 euros en concepto de costes judiciales. No sólo se quedan sin hijo, sino que se quedan sin casa y además con deudas. Lo que no puedo entender es cómo el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se gasta 236.000 euros en mejorar la imagen de los jueces. Mejor que gasten ese dineral en profesionalidad y en sentido común. Si quieren limpiar su imagen que dejen de ensuciarla ellos mismos. En vez de gastárselo en manidas ficciones bien podrían haber saldado parte de esa deuda absurda e injusta de los Meño. Fuerza, Juana, que si la Justicia no está contigo, la razón y el juicio sí. Aunque de eso no se come.
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