Más allá de Cancún por Ramón TAMAMES

Escribo este artículo en medio del superpuente de la «Inmaculada Constitución», como en ocasiones decía nuestro llorado Paco Umbral. De modo que mis reflexiones no se refieren al acta final de la Conferencia de Cancún, la XVI Cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, que oficialmente se clausuraría el pasado viernes 10; con referencias al respecto en el diario LA RAZÓN de ayer sábado y hoy domingo.

Mis reflexiones son a más largo plazo, al margen de que en Cancún se hayan alcanzado acuerdos más o menos interesantes (tiempo habrá de comentarlos) en un contexto ciertamente muy negativo. Por ejemplo, el pasado lunes 6 surgieron voces disonantes de Suiza y Bolivia. La primera, anunciando que no seguirá en el Protocolo de Kioto si no lo aplican China y EE UU. En tanto que Bolivia planteaba (por aquello de «vocea que algo queda») la necesidad de un Tribunal de Justicia Climática; para castigar, se supone, a quienes perjudican el entorno. Como si en Bolivia no hubiera deforestaciones masivas, falta de infraestructuras para depurar agua, etcétera.
A medio plazo, China podría ser el revulsivo para que los lobbies norteamericanos entren en razón. Sencillamente, porque la República Popular encabeza en estos momentos la política anticalentamiento más activa: célula de combustible; 20 centrales nucleares a construir en los próximos diez años; captura de CO2 del carbón, vía gasificación y licuefacción; construcción de la muralla verde para frenar los avances del Desierto de Gobi. Y energías renovables: eólica, solar, biomasa, maremotriz y geotérmica.

Todo lo anterior sin olvidar que es en China donde están construyéndose ciudades verdes con emisiones y vertidos cero, plena autonomía energética y sólo transporte público. Todo ello, hasta el punto de que en mi viaje a ese país el pasado verano, un colega pekinés me dijo: "en poco tiempo, al lado de nuestra bandera roja de cinco estrellas, tendremos la enseña verde de la preservación de la naturaleza". Si no lo creen, viajen al antiguo Catai.
Lola/artículos/diciembre/La Razón Verde, 7.12.10