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La Real Pragmática por Bruno Aguilera

La Razón
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Cuando en su día se perfilaba el matrimonio de la Infanta Doña Elena algunos egregios monárquicos como Armand de Fluviá o Juan Balansó llamaron la atención de la opinión pública sobre el hecho de que los reyes y la familia real no podían casarse con cualquiera. De hecho me convencieron y defendí que seguía en vigor la Real Pragmática de Carlos III de 1776 por la que se prohibía que los reyes y príncipes herederos se casaran con personas «desiguales».

En aquella ocasión demostré que en virtud del artículo 57.1 de nuestra Constitución («La Corona es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón legítimo heredero de la dinastía histórica») el derecho dinástico seguía vigente y, por eso, el miembro de la Casa Real que contrajese un matrimonio desigual quedaba excluido de la sucesión. Porque si no estábamos ante la Monarquía creada por Franco.

Mi alegato jurídico era sobre todo una llamada de atención para que la Casa Real reflexionase sobre el hecho de que el orden sucesorio es algo muy serio. Es la base misma de la monarquía. Y por eso los reyes no pueden casarse con cualquiera.

Sin duda la norma de 1776 debía modificarse para adaptarla a los tiempos, pero como estamos en un Estado de derecho, había que seguir lo dispuesto en el artículo 57.5 de la Constitución, según el cual «las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica».

Entonces, la Casa Real optó por dar la callada por respuesta y aquello fue una mala solución. Hoy, tras el divorcio de la Infanta Elena y la poco edificante conducta del aún marido de la Infanta Cristina, se ha corrido por el mentidero de la Villa que se las quería excluir de la Familia Real y situarlas como Familia del Rey. Es el criterio que se aplica a las hermanas de Don Juan Carlos y sus descendientes. Esta polémica posibilidad ha sido descartada, pero el próximo Gobierno debería poner orden en nuestro derecho dinástico regulando la sucesión y aprobando un completo Estatuto sobre la Corona.

 

Bruno Aguilera
Catedrático de Historia del Derecho. Universidad Rey Juan Carlos