Gallardón planta cara inencia

Pocas veces hemos visto a Gallardón tan fuera de sí como en las últimas semanas. Primero fue lo de llamar mentiroso y envidioso a Zapatero y ahora es discutir con él en plena Castellana con un lenguaje no verbal que lo dice todo: no se puede almacenar ni transmitir más tensión. Motivo sencillo: dinero. La situación financiera del Ayuntamiento es complicada. Y ahí Gallardón no puede buscar más culpables que los que hay dentro de su camisa. Ahora bien. En todo un prodigio de rectificaciones sobre rectificaciones el Gobierno central permite refinanciar la deuda a todos los ayuntamientos menos a las dos joyas del PP: Madrid y Valencia. Si no es una ley hecha a medida para fastidiar, lo parece. Pero lo más llamativo es ver la capacidad que tiene el alcalde para meterse en unos charcos y caminar sobre las aguas en otros. Ni en los mejores momentos de enfrentamiento con Aguirre y sólo a la altura de aquellos días inciertos de las listas de Rajoy hemos visto al alcalde así. La falta de oxígeno con la deuda le lleva incluso a parecerse a la presidenta de la Comunidad. ¿Cuántas veces no se ha enfrentado Aguirre a Zapatero a cara de perro y el alcalde ha optado por posiciones mucho más templaditas ? Lo que sucede es que Gallardón escogió un mal día para liársela parda al presidente. Los abucheos le han robado todo el protagonismo. Aunque siempre podrá decir que, al menos ahora, le planta cara a Zapatero.