Apuesta decidida por Javier FLORES

Si las decisiones adoptadas por la UE en julio se pusieran en marcha, España vería reducido significativamente el riesgo de un contagio impredecible. Una solución que, aunque necesaria, conlleva un coste directo e indirecto a través de avales para ayudar a los países en situación frágil y sin acceso a la financiación internacional.
De las diferentes herramientas utilizadas hasta ahora en los rescates anteriores y también en la última operación de salvamento, además de la asistencia financiera directa de los socios europeos y de los organismos internacionales como el FMI o la Comisión Europea, el principal instrumento es el Fondo Europeo de Rescate Financiero (EFSF), que cuenta con 750.000 millones de euros, constituido principalmente gracias a la participación de los países de la eurozona mediante la prestación de avales, siendo el principal contribuyente Alemania, con un 27 por ciento (190.000 millones de euros). España, que contribuye el 12 por ciento del fondo, que corresponde al peso de España en el Euro, podría llegar a soportar unas garantías de rescate por importe máximo de 83.300 millones de euros. Un esfuerzo importante, pero también conveniente para salir del punto de mira de la intervención y contagio.
Adicionalmente a los avales a través del EFSF, España también ha realizado ayuda bilateral directa a los países rescatados, con lo que el total de la exposición de España a los diferentes rescates alcanza la cifra máxima de 100.000 millones de euros, aproximadamente el 10% del PIB.

Javier Flores
Analista independiente