Convención del PP

Demasiada zanahoria por Iñaki Ezkerra

La Razón
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La legalización de Bildu en vísperas de las municipales y la manera en que se produjo –el Constitucional corrigiendo al Supremo– pusieron en evidencia la infamia. De nada sirvió la prudencia de no acusar a los socialistas de estar negociando con ETA. Esa prudencia no les disuadió de hacerlo. Y es que se podían interpretar como signos de una política pedagógica del palo y la zanahoria los miramientos ridículos con De Juana y su novieta o la puesta en libertad de Díaz Usabiaga, el que iba a cuidar a mamá, todo el rosario de excarcelaciones que no justificó nunca la Audiencia Nacional. Pero dejar colarse a ETA en unas elecciones era «demasiada zanahoria» como para seguir llamándola así y no «negociación».

De acuerdo, no se habría acordado el referéndum de autodeterminación ni la entrega de Navarra ni todas las cosas que pedía ETA en sus cartas a los Reyes Magos. Pero era también difícil no llamar a esa negociación «política» cuando era a la política precisamente a lo que se le estaba dejando jugar a ETA con esa legalización. Lo que siguió después –Amaiur, la ofensivamente llamada «conferencia de paz», las señales de gratitud de la banda en medio de la campaña para favorecerles electoralmente…– ha sido la confirmación de esa fechoría de la que Eguiguren será ahora, una vez más, el bocazas, pero no el único responsable. Responsables son todas las caras y todos los caras de ese partido; los que concibieron –como ayer la «guerra sucia»– hoy la «sucia paz»; los que dieron las órdenes; los que lo han permitido; los que le mantienen de presidente de los «sucialistas vascos».

No sólo él puede hablar. También podemos hacerlo nosotros ahora que ha pasado el peligro de que volvieran a gobernar España y de que esa negociación se consumara.