Arquitectura
Pablo Moro: «Marbella ha pasado página a la corrupción y recupera la seguridad jurídica»
«La ciudad se ha visto privada de inversiones que son responsabilidad de la Junta por negligencia»
MÁLAGA- ¿Qué modelo de ciudad dibuja el PGOU de Marbella y qué ha supuesto para la capital la aprobación del documento?
–El objetivo fundamental que nos planteamos al aprobarse el nuevo PGOU está cumplido al cien por cien desde el primer momento: la recuperación de la seguridad jurídica y urbanística que diera la tranquilidad y confianza necesarias para atraer inversión. En este sentido, el nuevo plan posibilita la materialización de múltiples proyectos de inversión, unos más sencillos y otros de una envergadura asimilable al de las grandes capitales europeas. En cuanto al modelo de ciudad reflejado en el documento, el Plan General de Marbella dota a la ciudad de un «perfil diferencial» y de un estilo de vida singular basado en la excelencia de la calidad de vida, con elementos de equilibrio social, a través de la definición de grandes equipamientos y la apuesta por crear, impulsar y mantener actividades en sectores innovadores y emergentes. Todo esto se consigue con altos estándares de nivel dotacional y de áreas libres.
–Su vigencia se ha establecido en ocho años, transcurridos dos, ¿están ya pensando en el diseño futuro de la ciudad?
–En realidad, la vigencia de los planes generales es indefinida, aunque su planificación y programación se establece para un ámbito temporal de ocho años. Ahora mismo, Marbella está inmersa como ciudad en una planificación más ambiciosa que trasciende de la urbanística, esto es la Planificación Estratégica de la ciudad, resultado de la cual se obtendrá uno para Marbella 2022, en el que parte de las líneas estratégicas definidas pasará por la planificación urbanística del término municipal, pero no será lo única. También se diseñarán otras líneas estratégicas en relación a todas las actividades y acciones que tienen como escenario la ciudad: su ámbito cultural, económico, social, ambiental, de innovación...
–¿Cuántas viviendas se han regularizado con el nuevo documento y cuántas quedan por legalizar?
–De la decena de procesos culminados hasta la fecha se han normalizado alrededor de un millar de viviendas, un hotel con más de 12.000 metros cuadrados de techo y 3.500 de techo de comercial. Pero también de la aplicación del sistema de compensaciones, Marbella ha obtenido importantes sumas que se van reinvirtiendo en obras de mejora de la ciudad, además de suelos para equipamientos, zonas verdes y para vivienda protegida. Están en marcha más de 40 procedimientos de los que saldrán cerca de otras 5.000 viviendas normalizadas, así como la obtención de sus correspondientes cantidades monetarias y suelos para Marbella.
–¿Cuál ha sido la mayor «atrocidad» que se haya podido restituir a tiempo?
–Sin duda, la más importante, impedir que se siguieran cometiendo las mismas. Teniendo en cuenta que la intervención del Ayuntamiento de Marbella –su disolución y retirada de competencias de planeamiento–, se produjo con mucho retraso, hubo muchos años para la ejecución de obras irregulares. Pero, la mejor restitución que se ha podido producir en Marbella es la de devolverle la seguridad jurídica y, por tanto, la confianza en las instituciones públicas que la gestionan.
–¿Cuántas viviendas de protección oficial se van a realizar en la ciudad y cuál es el grado de ejecución de las mismas?
–El plan prevé en los nuevos desarrollos un mínimo de 9.000 viviendas de promoción pública, lo que supone cerca de un 38 por ciento del total de las nuevas viviendas previstas. Actualmente estamos en pleno desarrollo del Plan Municipal de Viviendas y Aparcamientos. Ya se han ocupado 70 casas de la primera promoción en Nueva Andalucía, se están entregando las 37 que se han construido en San Pedro, se va a celebrar en las próximas semanas el sorteo de la tercera promoción de 73 viviendas en la zona de La Campana y ya está adjudicada la cuarta promoción, en la zona de Aloha. Cuyo suelo, por cierto, ha sido obtenido por uno de los procesos de normalización. Seguimos trabajando para obtener suelo en Marbella y Las Chapas que nos permita dar esta oportunidad a todos los núcleos poblacionales del término municipal.
–¿Qué equipamientos recoge a nivel educativo, deportivo o cultural que hasta ahora no existían?
–Muchos. El estándar dotacional establecido por el plan en Marbella es muy alto. En concreto, la superficie total del sistema general de equipamientos asciende a algo más de dos millones de metros cuadrados y la superficie completa del sistema general de espacios libres es de casi cinco millones de metros cuadrados.
–¿Peligra alguna actuación ante la parálisis económica de las administraciones?
–Aquellas actuaciones en las que no tenemos competencias y que son responsabilidad exclusiva de la Junta de Andalucía, gobernada por el PSOE, es muy posible que sí. Me refiero a las obligadas inversiones en colegios, institutos, guarderías, centros de salud... de los que se ha visto privada la ciudad. Pero, en su mayor parte, por negligencia más que por otros factores. En aquellas actuaciones que dependen cien por cien del Ayuntamiento, en principio no, ya que existen diversas fórmulas por las que los equipamientos y los servicios públicos pueden llevarse a cabo, como es la participación público-privada, ampliamente desarrollada en otras instituciones tanto españolas como europeas. Gracias a ella se asegura la ejecución de dotaciones e infraestructuras y, por ende, la prestación de los servicios públicos. En tiempos de crisis hay que buscar soluciones creativas por parte de todos los agentes.
–Después de que se haya «demonizado» la actividad de los promotores y constructores a raíz de la «Operación Malaya», ¿existe a día de hoy seguridad jurídica? ¿Se ha conseguido pasar página a ese episodio?
–Rotundamente sí. Ahora se gestiona el urbanismo de una manera absolutamente responsable, con el convencimiento de que, para que no vuelva a pasar algo parecido a lo del pasado –y dando por descontado, con una gestión eficaz y honesta–, la clave no está en intentar derribar lo que se ha construido de manera ilegal, sino en evitar que se construya nada que no haya sido autorizado conforme a norma. Para ello, en la Delegación de Urbanismo hemos potenciado la «inspección preventiva», sistema por el cual, con ayuda tanto de las nuevas tecnologías, como es la implantación del Sitma (sistema de información territorial de Marbella), como de un cuerpo de inspectores; se supervisa y vigila cualquier proceso edificatorio y se detectan a tiempo aquéllos que no son legales, evitando su construcción. Insisto en la idea de que lo que caracteriza en estos momentos a Marbella es la seguridad jurídica. Prueba de ello es el gran número de inversores que se están posicionando en nuestro municipio para el desarrollo de diversas actividades económicas. La «marca Marbella» vende más que nunca.
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