Actualidad
Una mirada a la posguerra con otros ojos
«Lo más importante de la vida es no haber muerto» es una de esas propuestas experimentales que cada vez menos proyectan las salas comerciales. «Nuestro mayor desafío era dar el paso del corto al largo», comenta uno de los representantes del triunvirato de directores formado por Olivier Pictet, Pablo Martín Torrado y Marc Recuenco. Los tres forjan esta historia en blanco y negro en tono de fábula que afronta la posguerra desde un modo entre lúdico y surrealista que pocas veces ha practicado el cine español.
Emilio Gutiérrez Caba es el protagonista absoluto de la fábula. Es un afinador de pianos al que el destino le ha hecho creer firmemente en Dios, pues se acuesta a rezar por la noche y el aparato aparece afinado a la semana siguiente. Varias décadas después descubrirá que además de la fe había otros motivos terrenales para que se produjera tal misterio.
Caprichos
«A veces suele ocurrir que no conocemos a la persona que lleva con nosotros toda la vida», asegura Gutiérrez Caba sobre la principal incógnita que esconde el filme. El veterano intérprete asegura que le encanta participar en proyectos de gran envargadura como «La comunidad» para luego permitirse caprichos como éste: un juego en blanco y negro sobre lo onírico y lo real con una textura muy francesa.
✕
Accede a tu cuenta para comentar