Cataluña

Los recortes menoscaban la salud de las enfermeras

Un estudio de Satse revela el deterioro del oficio y de la atención. Las solicitudes para emigrar suben más de 127% las solicitudes para emigrar

La Razón
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BARCELONA- «Debido a los recortes, se ha aumentado mucho las cargas asistenciales pero también la presión psicológica que se ejerce sobre el trabajador», señala Mar Agüero, la responsable de Salud laboral del sindicato de Enfermería Satse. En cifras: ocho de cada diez profesionales se sienten estresados y seis de cada diez aseguran estar «quemados». Asimismo, el 97 por ciento de los enfermeros sufre tensión muscular, el 93 por ciento nerviosismo o angustia y el 86 por ciento tienen trastornos del sueño. Son datos del último estudio realizado por Satse para conocer su situación laboral y personal.

El pasado mes de julio, se llevó a cabo un encuesta por parte del sindicato a 1.173 enfermeras de todo el territorio español. Las conclusiones del informe «Percepción del estrés en los profesionales de Infermeria de España» da una visión global de la profesión pero también aporta ciertas especificidades de Cataluña. Por ejemplo, en menos de dos años, el nivel de estrés de los profesionales que trabajan en los centros catalanes ha aumentado en un 10 por ciento. En este sentido, el 80 por ciento de los profesionales siente inseguridad en su puesto y el 75 por ciento no logra separar lo que es trabajo de la vida personal.

«¿Lo he hecho todo bien?; ¿Me he dejado algo por hacer?; ¿Le he dado todas las explicaciones necesarias a la compañera que me ha relevado?», son algunas de las cuestiones que se plantean y agobian a las enfermeras cuando, acabado su turno, vuelven a casa. No es que antes no existiera esa inquietud, ya que el colectivo siempre ha denunciado su precariedad laboral. Históricamente la ratio de profesionales por 1.000 habitantes ha sido muy inferior a la media europea, 5,2 en Cataluña en 2010, por 8,4 en la UE. Pero, como señala el presidente del Colegio de Enfermería de Barcelona, Albert Tort, «existe un grupo de profesionales que están sometidos una preocupación constante». Es ese grupo de enfermeras que sin tener un contrato fijo se le llama para cubrir las necesidades y se ven abocadas a atender pacientes con dolencias muy dispares sin lograr asentar la experiencia ni los conocimientos específicos para dar la mejor atención. La movilidad de la enfermeras con contrato fijo también se da, aunque menos, cuando se trata de realizar sustituciones.

Pero, «¿está en peligro la salud del paciente?», plantea la encuesta. Más de la mitad de los profesionales (51 por ciento) cree que la atención en su unidad a empeorado. El 80 por ciento asegura que no hay personal suficiente ni que dispone del tiempo necesario en su jornada laboral.

«La enfermera es clave para ahorrar en el sistema, para que sea eficiente», asevera Tort. Pero, «se da la paradoja de que las formamos para que luego tengan que irse». En los tres primeros meses de este año, las solicitudes para ejercer en el extranjero han subido un 127,72 por ciento respecto del año pasado señala Tort y un 54,27 por ciento las consultas.