Coaching y decisiones por Fernando Chornet

La reflexión es una herramienta fundamental para la correcta toma de decisiones. Se puede lograr con la ayuda de «coaches», que hagan preguntas y ayuden a su interlocutor a «ponerse en la piel del otro», para sopesar los pros y los contras de una decisión.

La reflexión es vital para tomar cualquier decisión que implique cambios importantes como el que voy a comentar. Empresarialmente se llama expatriado a un trabajador que es enviado por su empresa a una sucursal extranjera, bien por necesidades de la firma, en cuyo caso se prima al trabajador, o bien por falta de actividad en el país de origen.

El gran problema de este sistema es que no sólo afecta al empleado, sino a todo su entorno, sobre todo a la familia. Hace poco conocí el caso de un jefe de obra de una constructora española que se vio forzado a marchar a la India debido al importante parón del «ladrillo». Transcurrido un año y viendo que en su empresa no había posibilidad alguna de volver, decidió expatriar también a su familia.

Esta decisión provocó que su mujer tuviese que pedir una excedencia en su trabajo, que su hija tuviese que dejar el instituto, que su otro hijo tuviese que adaptarse a un país de lengua inglesa sin apenas tener conocimientos de inglés y que todos ellos tuviesen que vivir en un «gueto».

No pude evitar preguntarle si merecía la pena ese cisma con su vida anterior y me confesó que no estaba seguro. Le pregunté también si alguien en su empresa le había asesorado y me sorprendió escuchar que la empresa no tenía a nadie que aconsejase ni ayudase a tomar ese tipo de decisiones.