Barcelona
Mestalla el laboratorio de Pep
Ningún equipo le había discutido tanto el balón y el dominio de un partido al Barcelona de Guardiola como lo hizo el Valencia el año pasado en el Camp Nou. Completó una primera parte casi perfecta y se fue al vestuario con 0-1. Pablo Hernández tuvo en sus botas el segundo, pero una gran acción de Valdés lo impidió. El guión se repitió ayer, esta vez en Mestalla. Pero con algunos cambios. Como el acierto de Pablo, en una acción muy similar a la del año pasado, que esta vez sí marcó el segundo del Valencia ante un impotente Valdés. El agujero por la banda izquierda del ataque valencianista era inmenso.
Guardiola ha convertido Mestalla en su particular campo de pruebas, aunque no parece el mejor estadio para hacerlo. Hace un año, planteó una defensa de tres, o de cinco, como matizó el martes, y la cosa le salió más o menos bien. Se llevó los tres puntos gracias a un gol de Messi, aunque su juego no fue demasiado brillante. Ayer repitió con tres defensas y la cosa salió mucho peor. Quizás por la falta de hábito de sus futbolistas con este sistema, quizás por la falta de atención de alguno de ellos, o quizás por un cúmulo de cosas. Mascherano, con una infinidad de espacio que cubrir, lo pasó muy mal.
Tal fue el desaguisado azulgrana que encajó dos goles en menos de media hora, algo casi inédito con este equipo. Y tan mal lo vio Guardiola que cambió su planteamiento por completo al descanso, volviendo al tradicional 4-3-3. Pero su convencimiento era tal que agotó los cambios en menos de un cuarto de hora y volvió a dibujar un extraño dibujo, con tres defensas y Adriano en el extremo derecho, decisión que acabó resultando un acierto.
Una de las lecturas positivas que puede extraer el Barcelona es que sigue entrando en los libros de historia. El gol de Pedro situó a los azulgrana a la altura del Real Madrid de 1952, que también marcó durante 23 jornadas consecutivas a domicilio, aunque el balance de los blancos durante esa racha fue muy inferior a los números que presentan los de Guardiola. El 2 de octubre, en El Molinón, los azulgrana superarán este récord si logran marcar un gol. Otro que entró en la historia, y lo que le queda, es Cesc, primer centrocampista en la historia del Barcelona que marca en las primeras cuatro jornadas. Claro que mucho más destacable es su entendimiento con Messi. Forman una sociedad letal.
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