OPINIÓN: El «factor P»

Tienen motivos Juan Espadas y sus escasos fieles para haberse sumergido en esta depresión insondable que los atenaza. Con la campaña asomando a la vuelta de los tambores, las célebres encuestas internas son peores aún que las que ven la luz y la bomba de neutrones que cayó en las agrupaciones al conocerse la lista no dejó ni a un militante en disposición de fajarse de aquí al 22 de mayo. Los cuadros medios están demasiado ocupados buscándose un sustento como para ponerse a movilizar a un electorado presa del desengaño. Pero siempre hay que agarrarse a una esperanza y son dos, vaya lujo, las que alimentan el sueño de Alcaldía del ex consejero. La casi siempre fantasmagórica emersión del denominado voto oculto socialista, un filón de papeletas invisibles en los sondeos por la mera vergüenza que da revelar ciertas debilidades, y el que empieza a ser conocido como «factor P» en honor a la inicial del nombre de Pilar González, candidata andalucista que habría sintonizado con Espadas y cuya irrupción en la Corporación (dos concejales se atribuye en una previsión la mar de optimista) sería a costa de Zoido, obligado a repartir con ella el voto del desencanto. Esto cuenta alguien cercano al PSOE que nada se juega ya en la lid electoral, así que conviene tomarlo con la reserva del partidismo pero con la confianza que merece quien habla «au-dessus de la mêlée».