Tienen razón

La Liga de Fútbol Profesional ha tensado la cuerda y la ha roto. La Liga no ha medido la fuerza de los futbolistas y de ahí que éstos hayan aprobado la huelga. No es una convocatoria de ricos, sino una medida de fuerza que hacen quienes no tienen problemas de cobro por quienes corren cada año el riesgo de quedar a la intemperie.

La Asociación de Futbolistas Españoles cuenta con un presidente, Luis Rubiales, que sabe lo que es vivir en un colectivo en el que hay quienes acaban vendiendo el piso o el coche para seguir manteniendo a la familia. Tiene carácter y fuerza moral para afrontar los problemas que afectan a sus asociados y cuenta con el apoyo de los pesos pesados de Primera. No es extraño que la decisión de anunciar la huelga para las dos primeras jornadas de Liga haya contado con los votos de quienes conforman el núcleo fundamental de la AFE.

José Luis Astiazarán cree que se puede conformar a los jugadores con dineros. El problema básico, el de los concursos de acreedores, no se sustancia sólo con los pocos millones que se presupuestan para compensar a los perjudicados.

Pretender que se descuenten a los futbolistas de sus días de vacaciones la participación en las selecciones nacionales es decisión que parece chocar con la Ley del Deporte, dado que acudir a sus llamadas es obligatorio. Otra cosa es quienes han de pagar los salarios, ya que en tales ocasiones trabajan para una empresa a la que no pertenecen.
Posdata. No se sospecha que haya esquiroles.