Murdoch y su hijo comparecerán ante los Comunes

Rupert Murdoch se ha convertido en el cazador cazado. En menos de una semana, el magnate australiano ha pasado de ser el hombre temido por los políticos, al objetivo de la Cámara de los Comunes.

Tras salir a la luz el escándalo de las escuchas ilegales que realizaba el dominical del que era dueño, la Cámara que reúne a los diputados británicos volvió ayer a llamar al magnate y a su hijo James –responsable de los negocios familiares en Europa y Asia– para declarar ante la comisión que se lleva a cabo en el Parlamento.

En un principio, ambos se negaron, pero finalmente, padre e hijo aceptaron la citación formal para acudir el próximo martes. Técnicamente, al no ser británicos, no estaban obligados a hacerlo, pero en caso de que se hubiesen negado, Westminster habría podido estudiar medidas legales para sancionarlos.

Sus declaraciones, por tanto, se sumarán a las de Rebekah Brooks, directora ejecutiva de la filial británica de News Corp, News International, quien desde un principio dejó claro que sí asistiría.
A pesar del cierre de «News of The World» y de que Murdoch ha retirado su oferta para comprar todas las acciones de BSkyB, su imperio se tambalea más que nunca. Día tras día, el escándalo crece con nuevas víctimas y detenidos, que ya son nueve.

El último, Neil Wallis, de 60 años, que trabajó como subdirector del dominical en 2003 junto a Andy Coulson, más tarde jefe de Prensa de David Cameron. Ayer también se supo que un primo de Jean Charles de Menezes, el brasileño abatido a tiros por los agentes tras los atentados de Londres en 2005 al confundirlo con un terrorista suicida, también pudo ser objeto de espionaje.

Cameron está intentado tener un papel secundario con todo este asunto debido a los lazos que le unen con News Corp, mientras que el viceprimer ministro, Nick Clegg, está abordando el escándalo sin piedad. «Si ellos tienen una pizca del sentido de la responsabilidad por su posición de poder, deberían venir y explicar ante un comité parlamentario», aseguró.

La «niña» del magnate dará la cara
Cuando salió a la luz el escándalo, Rebekah Brooks presentó su dimisión como directora de News International. Pero la periodista, que fue directora del dominical cuando empezaron las escuchas, conserva aún su oficina. La mujer de melena roja siempre fue la niña de Murdoch. Se unió a la compañía con 21 años y una década después éste la pondría al frente de «News of the World». Brooks accedió esta semana a comparecer ante los Comunes. No se le presenta un panorama fácil porque muchos la ven como la gran responsable del escándalo. La jefa de Justicia de los laboristas aseguró que le extrañaría que Brooks, «que escribe sobre leyes, no respetara nuestro Parlamento».