Actualidad
Los atentados de Irak reflejan la inseguridad que vive el país
La ola de atentados que dejó ayer más de medio centenar de muertos y 200 heridos en Irak es un reflejo de la inseguridad reinante en el país, tras la salida de las tropas de Estados Unidos. En Bagdad se registraron explosiones en siete barrios de la ciudad, de mayoría chií, que se saldaron con una treintena de muertos.
El peor de los ataques se produjo en distrito de Al Kazimiya, donde al menos seis personas perdieron la vida y otras 15 resultaron heridas por la detonación de un vehículo cargado con explosivos cerca de un restaurante. Otras seis personas, la mayoría policías, murieron en un ataque contra un puesto de control en la zona centro de Al Sarafiya, mientras que en otro barrio al suroeste de Bagdad fallecieron dos personas por el estallido de dos artefactos y disparos de pistolas con silenciadores Otros tres distritos de la capital fueron atacados con coches bomba, y artefactos explosivos, causado al menos seis muertos. La mayoría de los ataques en la capital iraquí apuntaban a vecindarios chiíes y fuerzas de seguridad, blanco frecuente de los insurgentes suníes, aliados con Al Qaeda.
En la provincia de Salahedín, al norte del país, al menos nueve personas murieron y 39 resultaron heridas por la explosión de cuatro coches-bomba. Los atentados iban dirigidos contra edificios gubernamentales y la sede de la Unión Patriótica del Kurdistán, el partido del presidente iraquí, Yalal Talabani
Desde que se marcharon los últimos soldados estadounidenses a finales de 2011, la violencia sectaria ha aumentado, así como han proliferado las milicias islamistas y los grupos armados. Los mismos peligros que acechaban a Irak hace seis años, vuelven a convertirse en una amenaza para la estabilidad del país.
Esta cadena de atentados simultáneos con explosivos, coches bomba y suicidas pone de relieve la capacidad de Al Qaeda para seguir operando en cualquier parte de país.
La espiral de violencia sectaria se produce en un momento de profunda crisis política en Irak derivada por la huida al Kurdistán iraquí del vicepresidente suní Tarek al Hachemi, sobre quien pesa una orden de arresto por supuestos delitos de terrorismo.
En medio de este clima de inseguridad, Bagdad deberá acoger el próximo 29 de marzo una cumbre de la Liga Árabe para discutir sobre la crisis en Siria y la represión del régimen de Bashar al Asad contra la población civil, con la que Irak pretende regresar a la escena diplomática árabe.
✕
Accede a tu cuenta para comentar