Rodiezmo se convierte en la «patata caliente» del PSOE

El presidente del Gobierno rompió el año pasado una tradición socialista de años al no acudir a la fiesta minera de Rodiezmo, en León. La huelga convocada por los sindicatos había enfriado unas relaciones más que buenas entre UGT y el Partido Socialista. Rodiezmo se convertía en el escenario desde el que Zapatero abría el curso político y lanzaba sus promesas laborales del año.
Ahora, la cuestión del empleo es probablemente la peor asignatura del Ejecutivo y la perspectiva de acudir a la fiesta con el sindicato ya no es tan apetecible como antaño. Eso explicaría las dudas que tienen los socialistas sobre a quién enviar a la localidad leonesa a poco más de una semana de que se celebre el evento, el próximo domingo 4 de septiembre.
En principio, fuentes socialistas habían asegurado a Efe que sería el vicesecretario general, José Blanco, el representante del partido, pero después corrigieron y aseguraron que aún no había una decisión en firme.
Así las cosas, los socialistas no saben si repetirá Zapatero, si finalmente será Blanco o si se estrena en Rodiezmo su candidato para las elecciones, Alfredo Pérez Rubalcaba. Si se confirma la no asistencia de Zapatero, sería el segundo año consecutivo sin participar en esta fiesta minera, que organiza UGT y a la que él asistía desde que era líder de los socialistas leoneses. Zapatero decidió no acudir el año pasado como gesto de respeto a la posición y al discurso ugetistas con motivo de la huelga general convocada para pocos días después. En el caso de que finalmente se optara por Rubalcaba, sería la primera vez que el candidato socialista participa en este encuentro.
Este año, los sindicalistas convocantes ya han dejado claro que será el inicio de una campaña contra los recortes que, en su opinión, encubre la reforma de la Constitución para incluir el límite de déficit y endeudamiento del Estado.

EL ÚLTIMO
La última vez que Zapatero acudió a la fiesta minera de Rodiezmo fue en 2009. Meses antes de la edición de 2010, el Gobierno aprobaba el decreto de medidas de ajuste que incluía la congelación de las pensiones máximas. Zapatero no fue al acto sindical.